• Asignatura: Historia
  • Autor: vfparrap
  • hace 7 años

similitudes de las mujeres de mesopotamia con las de la actualidad


vfparrap: a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a

Respuestas

Respuesta dada por: destruc123
2

Respuesta:

La sumisión de la mujer

  La mujer en Mesopotamia estaba sometida a la autoridad del hombre, bien fuese su padre o su marido.

  Los hijos (tanto los varones como las mujeres) eran considerados posesiones del padre. La mujer no pertenecía al marido, aunque en el aspecto sexual sí que era considerada como una propiedad del esposo y estaba seriamente castigada cualquier relación sexual de la mujer casada fuera del matrimonio, tanto para ella como para su amante.

  Aunque se cree que en Babilonia las mujeres tenían derecho de propiedad, lo más habitual era que el padre o el marido fuesen quienes administraban los bienes familiares.

Matrimonio

   El matrimonio, al menos en teoría, era acordado por el padre o los hermanos, y el Código de Hammurabi establecía que era necesario un contrato para establecer todas las condiciones de la unión y las posibilidades en caso de divorcio o viudedad.

  En el contrato matrimonial había dos conceptos de gran importancia: la dote y el precio de la novia.

 La dote era la cantidad que el padre de la novia otorgaba a su hija para el mantenimiento de su nuevo hogar. Las hijas no tenían normalmente derecho a la herencia del padre, porque se suponía que su parte de posesiones estaba ya entregada con la dote. La dote pasaba a pertenecer al conjunto de bienes del nuevo hogar y sería administrada por el marido.

El precio de la novia era una cantidad acordada que la familia del novio tenía que pagar para que su hijo se pudiera casar con una mujer.

  Un padre podía entregar una hija para ejercer de sacerdotisa de un dios.

Divorcio y ruptura familiar

  Un hombre podía divorciarse de una mujer sin necesidad de una justificación, pero, si había tenido hijos con ella, esta se quedaba con la dote, con los hijos y con los derechos de la propiedad para poder mantenerlos. Además, cuando su ex marido moría, ella tenía derecho a una proporción de las propiedades igual a la de sus hijos.

  Si la mujer no tenía hijos, se devolvía la dote más una indemnización.

  Si era la mujer quien quería divorciarse o el marido se negaba a entregar la dote, entonces intervenían los tribunales. Si la mujer podía demostrar que la ruptura matrimonial era culpa de la dejación del marido, entonces podía irse con sus hijos y con la dote a la casa del padre. Pero si se demostraba que el matrimonio se deshacía por su culpa, perdía la dote y los hijos y el marido podía mantenerla como sierva e incluso arrojarla al río.

Explicación:

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