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En el Año Internacional de los Bosques, la Sociedad Búlgara Protectora de las Aves llama la atención sobre unas extensiones boscosas un tanto ignoradas y despreciadas. Se trata de los bosques ribereños de los ríos, llamados anegables ya que están siendo inundados por agua en forma constante o bien en épocas determinadas del año. Este hecho crea condiciones específicas que favorecen la existencia de representantes raros de la flora y la fauna al tiempo que propicia una importante biodiversidad. Tales ecosistemas desempeñan un papel sustancial como corredores naturales por los que se mueven y propagan en forma pasiva gran número de especies raras, aseguran los ecologistas.
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En el Año Internacional de los Bosques, la Sociedad Búlgara Protectora de las Aves llama la atención sobre unas extensiones boscosas un tanto ignoradas y despreciadas. Se trata de los bosques ribereños de los ríos, llamados anegables ya que están siendo inundados por agua en forma constante o bien en épocas determinadas del año. Este hecho crea condiciones específicas que favorecen la existencia de representantes raros de la flora y la fauna al tiempo que propicia una importante biodiversidad. Tales ecosistemas desempeñan un papel sustancial como corredores naturales por los que se mueven y propagan en forma pasiva gran número de especies raras, aseguran los ecologistas.
Las extensiones boscosas más importantes en Bulgaria se encuentran en las islas en el curso del río Danubio. Ocupan actualmente 1226 hectáreas al representar casi un 20% de la extensión total de las islas en el tramo búlgaro del Danubio.
Por desgracia una gran parte de esos bosques raros existentes en el pasado fueron talados y se han convertido en plantaciones de álamos híbridos. La desaparición de aquellos bosques redujo en gran medida la biodiversidad a lo largo del río europeo, afirman expertos. Figura entre los representantes raros de la flora en esos islotes la hermosa nevadilla de los pantanos, Leucojum Aestivum. En la isla de Vardim se pueden ver bosques anegables de roble de Vardim, Quercus Longipes Stev, que forman extensos macizos de robles viejos de más de 200 años.
En las islas del Danubio existen unas 1100 especies de la fauna. En esas zonas se ha hecho la descripción de 11 tipos de anfibios y 6 de reptiles. Los bosques isleños son hábitat asimismo para más de 160 especies de aves de las que más de un centenar anida allá. En esos bosques se registran unas de las colonias más nutridas de garzas, Agretta alba, Egretta garzetta, de cormoranes y de espátula común, Platalea leucordia. Las islas son importes hábitats para la anidación, el descanso y la hibernación de especies amenazadas de extinción a nivel mundial como el pelícano crespo, Pelicanus crispus, la oca de cuello rojo, Branta Ruficolis, y el cormorán pequeño. Representan esas islas también los últimos hábitats conservados del águila marina en Bulgaria.
Estos bosques anegables, empero, resultan unas de las zonas naturales más vulnerables en Bulgaria. Por encontrarse en zonas de fácil acceso sufren una presión antropogénica más fuertes, dicen los ecologistas de la Sociedad Búlgara Protectora de las Aves quienes han iniciado una campaña titulada “Un porvenir para los bosques anegables del Danubion