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La Unión Obrera Textil (UOT) argentina es un sindicato muy estratégico para el estudio del
proceso de conversión del movimiento obrero al peronismo. El comportamiento de su dirigencia --
ya estudiado parcialmente en una tesis de Joel Horowitz -- sigue mucho la pauta planteada por
Gino Germani en sus clásicos trabajos interpretativos, que han sido cuestionados, en diversos
aspectos, por toda una literatura revisionista.1
En esta polémica es preciso salir del círculo vicioso
de las afirmaciones acerca de si existía un hiato entre la clase obrera vieja y la nueva, o si los
antiguos dirigentes se plegaron o no al peronismo: lo que hay que determinar es cuáles fueron las
intensidades relativas de cada uno de estos fenómenos, y qué factores adicionales pueden explicar
la prevalencia de un determinado tipo de comportamiento en cada sector del mundo de los
trabajadores. Ese es el objetivo del presente estudio, donde se ofrecen resultados provisorios de
una investigación en marcha.
Aunque no tengo todavía datos completos, por la dificultad de registrar la evolución de todos
los involucrados, un primer análisis de la información parece indicar que la gran mayoría de los
dirigentes activos en el período previo a octubre de 1945 permaneció opuesta al peronismo, aunque
las bases deben haber pasado en gran cantidad al nuevo movimiento. Esto último, para la clase
obrera de nacionalidad argentina, es un hecho acerca del cual no existen muchas dudas, como lo
indicó la elección de febrero de 1946. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en esa época
todavía una buena parte de la clase obrera era extranjera y por lo tanto no votaba. Así por ejemplo
en 1935 de los 36.650 obreros textiles de la Capital Federal el 40% eran extranjeros, y la
proporción subía al 58% tomando sólo a los hombres. En 1947 aún el 21,8% de la población
económicamente activa del país era extranjera, y posiblemente en la clase obrera urbana los
porcentajes eran mayores.2
La centralidad teórica de este sindicato se ve incrementada por el hecho de que su dirigencia
estaba fuertemente dividida en dos grupos, uno comunista y el otro socialista. El equipo socialista,
dominante hasta 1939, fue en ese año desplazado por una alianza de comunistas y miembros del
pequeño Partido Socialista Obrero, formado en 1936, muchos de cuyos miembros luego se afiliaron
al comunismo. Los dirigentes ligados al Partido Socialista pronto formaron un sindicato rival,
minoritario, y esto podría haber dado lugar a que, en busca de revancha, se acercaran al dinámico
secretario de Trabajo y Previsión. El sindicato comunista los acusaba de ello, y por cierto que ellos
intentaron aprovechar las nuevas condiciones creadas por la interferencia gubernamental en el
1
. Gino Germani, Política y Sociedad en una época de transición (Buenos Aires: Paidós, 1962); Miguel Murmis y Juan Carlos
Portantiero, Estudios sobre los orígenes del peronismo (Buenos Aires: Siglo XXI, 1971); Walter Little, "The popular Origins
of Peronism", en David Rock (comp.), Argentina in the Twentieth Century (Londres: Duckworth, 1975), pp. 162-178; Joel
Horowitz, Adaptation and Change in the Argentine Labor Movement, 1930-1943: A Study of Five Unions (Tesis de
Doctorado, Berkeley, Calif, 1979); Juan Carlos Torre, La vieja guardia sindical y Perón (Buenos Aires: Sudamericana, 1990)
y artículos por Gino Germani, Peter Smith, Eldon Kenworthy y Tulio Halperín Donghi en Desarrollo Económico, nos. 51, 54,
56 (de oct-dic 1973 a enero-marzo 1975).
2
. Datos del Censo Industrial de 1935, citados por Horowitz, Adaptation and Change, p. 116-117, y de Gino Germani,
Estructura social de la Argentina (Buenos Aires: Raigal, 1955), p. 136. En 1937, en 5 ferrocarriles de propiedad inglesa, los
extranjeros formaban el 45,5% del total (El Obrero Ferroviario, Agosto 1, 1937, en Horowitz, op. cit., p. 264