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En la baja Edad Media y sobre todo en los ss. XIV y XV, asistimos a una proliferación de disputas interreligiosas, entre cristianos, musulmanes y judíos, que si bien en cierto modo reeditan prácticas anteriores, presentan, por cantidad, calidad teórica y consecuencias prácticas, una novedad histórica. Pueden clasificarse como 1. predicación; 2. enseñanza y 3. disputa. Ramón Llull puede ser considerado un pionero del diálogo interreligioso entre los monoteísmos occidentales, en el sentido de haber propuesto un nuevo enfoque a las controversias que tenían una experiencia secular cuando él escribía. Si bien toda su obra, en cierto sentido, contribuye a la idea de fundamentar la racionalidad de la creencia cristiana dedicó específicamente varias obras al diálogo interreligioso, entre ellas Libro del gentil y de los tres sabios (Llibre del gentil e dels tres savis, 1274-1276) que plantea —en forma ficcional— el motivo y el objetivo de sus esfuerzos. Una importante razón para interesarnos en el pensamiento luliano es que, en algunos aspectos, los problemas que implica el diálogo se reiteran a lo largo de los siglos, hasta la actualidad. Hay tres aspectos en su pensamiento que resultan interesantes por su originalidad y por la posibilidad de comparar y establecer analogías y diferencias con el proyecto actual: 1. Integrar el debate en el marco de la racionalidad, pero de una manera más amplia que la corrección silogística o que la cuestión de la verdad o falsedad de aserciones aisladas. 2. Buscar un objetivo específico, claro y que pueda ser compartido por los interlocutores. 3. Dar un espacio propio al agnosticismo.
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dame corazon porfavor