• Asignatura: Historia
  • Autor: jorgellontop11
  • hace 6 años

el que responda esta pregunta le doy una coronita :v
¿que cuenta el autor boccaccio sobre la ciudad de florencia y la peste?

Respuestas

Respuesta dada por: bauti2007
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Respuesta:

“Si una mente no está sana, no puede interpretar sanamente las cosas”, Giovanni Boccaccio. El Decamerón.

Explicación:

La peste

Llamada también la plaga, no ha sido rara en la historia. Muchos han sido los tiempos en que la gente murió por montones debido al contagio nacido de estar cerca de alguien, tocar algo del enfermo, comer alguna cosa sucia o simplemente respirar un miasma, un aire podrido o los hedores de un animal. El Antiguo Testamento habla de ella en el Éxodo (9:15) y el Levítico (26:25), llamándola el azote de D’s y, para controlarlo o al menos prevenirlo, los judíos establecieron una serie de leyes de pureza (la Nidá), lo que era puro (Kosher) y una Kashrut (culinaria permitida), a más de lavarse las manos al levantarse y antes de comer, bañarse a fondo los viernes, antes del Shabat, y recurrir a baños de purificación después de haberse curado (todas las sinagogas tienen un baño ritual, la mikve).

En los tratados de medicina de Esculapio, Hipócrates, Galeno, Avicena (el Al-Qanun) Averroes, Maimónides, se habla de la necesidad de la higiene permanente (de aquí las poncheras y jarras con agua en el interior de las casas, los aguamaniles, las bacinillas bajo la cama), la separación de los enfermos y el lavar debidamente a los muertos y enterrarlos en tierras secas. La cadaverina (los líquidos que emanan del proceso de putrefacción del fallecido, al tocar el agua generan el cólera) ya de alguna forma la conocían y la llamaban la muerte roja. Los romanos, en especial a partir de Julio Cesar y Augusto (cuando la ciudad de Roma llegó a tener casi un millón de personas) optaron por mantener el cabello corto, afeitarse y bañarse desnudos delante de otros para demostrar que no tenían el cuerpo con manchas, pústulas, supuraciones o granos. A lo que más temían era al tifus, a esa fiebre tifoidea producida por los piojos. Esto de raparse la cabeza y no dejarse crecer la barba lo imitaron los marineros (temerosos de que una enfermedad los cogiera en el barco y en plena mar) y los empleados públicos que mantenían contacto con gentes diversas. Los dos únicos césares que se dejaron crecer un poco la barba fueron Adriano y Marco Aurelio, porque mantenían su médico al lado, con un botijo de grasa de buitre atado a la correa de la túnica.

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Las pestes llegaron con los mongoles, los tártaros, los hunos y, en el caso de América, con los españoles que trajeron la viruela, lo que llevó a que los indios sufrieran de fiebres altas (algo que no conocían) y, asustados con la nueva enfermedad, se lanzaran a las aguas de los ríos, adquiriendo la neumonía. De esto habla la crónica de Toribio de Benavente, conocido como Motolia, un fraile franciscano que sostuvo que la viruela llegó con un marinero de Colón, causando entre la población nativa más muertes que las que se pudieron producir con lanzas, ballestas, bombardas, arcabuces, perros de guerra y espadas. Hoy los historiadores se ponen de acuerdo en esto: la conquista trajo más mortandad en forma de enfermedad colectiva que de conquistador a caballo. Pasa que cuando dos culturas desconocidas se unen, lo primero que se transmiten son las enfermedades, para las que carecen de defensas biológicas.


jorgellontop11: GG
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