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La ardilla y las nueces
Había una vez una ardilla llamada Isabela a la cual le gustaban muchos las nueces, Isabela vivía en una casita en el árbol y aunque la casita era pequeña ella entraba perfectamente.
Un día Isabela estaba esperando que cayeran las nueces pero espero, espero y espero y nunca cayeron, y en eso decidió subir al árbol haber que estaba sucediendo y cuando subió alcanzó a ver a otra ardilla con una canasta cogiendo de sus nueces y confundida preguntó: ¿Qué haces cogiendo de mis nueces? Y la ardilla asustada le respondió: Un búho se ha mudado a mi casa y desde que está ahí no he podido agarrar mis nueces ya que como él vive en la punta del árbol las agarra más rápido que todos.
Isabela se quedó pensando cómo podrían solucionar ese problema y le dijo que podían ir a hablar con el búho para que por las mañanas le dejara algunas nueces a la ardilla, cuando llegaron a la casa del búho él las recibió y les preguntó que deseaban y la ardilla respondió: queríamos saber si por favor en las mañana me podrías dejar unas cuantas nueces en el árbol ya que cada vez que voy a sacar ya se han acabado.
El búho las miro apenado ya que el ningún momento se había fijado de que una ardilla vivía en el mismo árbol que él, así que le pidió disculpa por haber agarrado todas las nueces y le explicó que él no se había fijado que ella vivía en el mismo árbol.
Las ardillas se fueron muy contesta ya que habían podido resolver el caso y así ya no se iba a quedar sin nueces ella ni la ardilla.
Nota: es inventado espero te ayude