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Respuesta:
Los cinco principios morales no negociables y sin excepciones, se refieren a acciones que son intrínsecamente malas y van contra la ley moral, por lo que bajo ninguna circunstancia deben ser propuestas, apoyadas o promovidas a través de leyes.
Aborto: La Iglesia Católica enseña, con respecto a la ley que permite los abortos, que nunca es lícito obedecer o tomar parte, en una campaña de propaganda a favor de una ley o a votar, por los candidatos que la propongan o aprueben. El aborto es la intención o acción directa de la muerte de un ser humano inocente y por lo tanto, es una forma de homicidio. El feto es siempre una vida inocente, y ninguna ley puede permitir eliminarla. Incluso cuando un niño es concebido por violación o incesto, pues la culpa no es del niño, el cual no debe sufrir la muerte por los crímenes de otros.
Eutanasia: La eutanasia es también una forma de homicidio, por muy disfrazada que se presente. Ninguna persona tiene derecho a quitarse la vida, y nadie tiene el derecho de tomar la vida de cualquier otra persona. En la eutanasia, los enfermos o ancianos son asesinados, por acción u omisión, por un sentido equivocado de la compasión, pero la verdadera compasión, no puede incluir algo intrínsecamente malo, haciéndolo intencionalmente, a otra persona.
Las investigaciones, manipulación o explotación con embriones humanos: Puesto que éstos ya son seres humanos, por lo que hay que tenerles respeto y dignidad. Los avances científicos recientes, muestran en los tratamientos médicos, que los investigadores esperan desarrollar desde la experimentación con células madre embrionarias, podrían desarrollarse en su lugar, mediante el uso de células madre adultas. Las cuales pueden obtenerse sin hacer daño a los adultos, de las cuales provienen. Por lo tanto, no hay ningún argumento médico válido, a favor del uso de células madre embrionarias. Y aunque hubo beneficios de tales experimentos, no se justifican moralmente, destruyendo otros seres humanos embrionarios, inocentes.
La clonación de humanos: Los intentos para la obtención de un ser humano, sin ninguna conexión con la sexualidad, mediante partición o fisión gemelar, clonación, partenogénesis, etc. son considerados contrarios a la ley moral, ya que están en la oposición a la dignidad de la procreación humana y de la unión conyugal. La clonación humana, también implica aborto, porque se destruyen los clones embrionarios “rechazados” o “fracasados”, pues cada clon, es un ser humano.
El “matrimonio” homosexual: El verdadero matrimonio, es la unión de un hombre y una mujer. El reconocimiento legal de cualquier otra unión, como “matrimonio”, socava el verdadero matrimonio. Reconocer legalmente a las uniones homosexuales, supone su aprobación, alentándolos a persistir en lo que es un arreglo objetivamente inmoral. Cuando por primera vez en una Asamblea Legislativa se propone legislación a favor del reconocimiento de las uniones homosexuales, el votante católico comprometido, tiene la obligación moral de expresar su oposición clara y públicamente y votar en contra. Votar a favor de una ley tan perjudicial para el bien común, es gravemente inmoral.
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