Respuestas
Respuesta:
las soluciones químicas pueden clasificarse de acuerdo a la protección que existe entre soluto y solvente, denominada concentración existen así cuatro tipos de soluciones:
- diluidas.
cuando la cantidad de soluto respecto ala solvente es muy pequeña, por ejemplo: un gramo de azúcar en 100 g de agua
- concentradas.
cuando la cantidad de soluto respecto al solvente es grande. por ejemplo: 25 gramos de azúcar en 100 g de agua.
- saturadas.
cuando el solvente no acepta llamadas soluto a una determinada temperatura, pues sus partículas ya no tienen Cómo generar más enlaces, se dice que está saturada. por ejemplo: 36 G de azúcar en 100 g de agua a 20 C.
- sobresaturadas.
habremos notado que la saturación tiene que ver con la temperatura: eso se debe a que incrementado esta última, se puede forzar al solvente a tomar más soluto del que ordinariamente puede, obteniendo así una solución sobresaturada (saturada en exceso, digamos). Así, sometida a un calentamiento o enfriamiento brusco, la solución tomará mucho más soluto del que ordinariamente podría.
Explicación:
si te ayude dale gracias...
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las soluciones químicas pueden clasificarse de acuerdo a la protección que existe entre soluto y solvente, denominada concentración existen así cuatro tipos de soluciones:
- diluidas.
cuando la cantidad de soluto respecto ala solvente es muy pequeña, por ejemplo: un gramo de azúcar en 100 g de agua
- concentradas.
cuando la cantidad de soluto respecto al solvente es grande. por ejemplo: 25 gramos de azúcar en 100 g de agua.
- saturadas.
cuando el solvente no acepta llamadas soluto a una determinada temperatura, pues sus partículas ya no tienen Cómo generar más enlaces, se dice que está saturada. por ejemplo: 36 G de azúcar en 100 g de agua a 20 C.
- sobresaturadas.
habremos notado que la saturación tiene que ver con la temperatura: eso se debe a que incrementado esta última, se puede forzar al solvente a tomar más soluto del que ordinariamente puede, obteniendo así una solución sobresaturada (saturada en exceso, digamos). Así, sometida a un calentamiento o enfriamiento brusco, la solución tomará mucho más soluto del que ordinariamente podría.
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