El laicismo es la corriente de pensamiento, ideología, movimiento político, legislación o política de gobierno que defiende o favorece la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, de forma independiente, o en su caso ajena a las confesiones religiosas. -¿Que opinas del laicismo?
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Explicación:
El laicismo, según nuestra RAE, es la estricta separación entre las instituciones del Estado y las iglesias, u organizaciones religiosas, por lo tanto laico es el adjetivo que se le aplica a la persona independiente de cualquier organización religiosa. Como alguien muy bien dijo en estas páginas: "Ser laico no equivale a sentir fobia contra lo sagrado, ni mucho menos, obliga a fusilar curas o a incendiar iglesias", frase que yo le añadiría, para ser un tanto equitativa con su final, que por cierto está de más, el obligar también a gente, pistola en mano, cantar el Cara al Sol, Viva Cristo Rey, dar aceite de ricino a mujeres peladas a rape, y fusilar en las cunetas a personas inocentes; y todo ello por el hecho de no asistir a misa, o ser de izquierdas, o sea, ser un rojo. Hay quien piensa que la ciencia es más importante que los prejuicios y las supersticiones de cualquier religión, ya que dentro de una educación laica y pública solamente se pueden transmitir conocimientos científicos y principios constitucionales: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". Decía Manuel Vicent, que "La Iglesia en España tiene aun mucho poder. Es propietaria de nuestro cerebro límbico, donde residen todas las emociones que nos han inoculado antes del uso de la razón, antes de que supiéramos algo del bien y del mal, el cielo y el infierno, el miedo y la muerte, los dogmas del catecismo, las patrias, los símbolos, y las banderas. Todo ello amasado con los aromas, sonidos y sabores de los sentidos en estado de naturaleza cuando aun no se habían desarrollado. Es un disco duro que la Iglesia transmite a través de la educación; un bocado que no está dispuesta a soltar". Yo creo que la cultura tiene su propia ideología, y ésta no puede ser otra que progresista, y nunca impuesta, y mucho menos mirando al pasado acabado. Decía Quevedo que el tiempo no vuelve ni tropieza; por eso si el cambio de nombres de algunas calles de nuestras ciudades de su antigua toponimia, se adapta a la Memoria Histórica, produce alguna que otra ampolla, habría que usar el ungüento mágico llamado: Democracia.