La libra de mantequilla
Había un granjero que diariamente le vendía una libra de mantequilla al panadero. Un día, el panadero llegó a la panadería y no sintió el agradable olor a pan. Tampoco su ayudante estaba. Se disgustó y se sentó molesto en una silla. Miro la mantequilla que había traído y decidió pesarla para ver si estaba recibiendo la cantidad exacta por lo que pagaba y descubrió que no era así….
Esto lo hizo enfurecer. Salió y denunció al granjero frente a la corte. El juez le preguntó al granjero ¿utilizas alguna medida para medir la mantequilla que vendes al panadero? a lo que respondió, -Su Señoría, soy primitivo, no tengo una medida, pero sí una balanza- Y el juez volvió a preguntar, - ¿Entonces cómo pesa la mantequilla que usted vende? - Y el granjero dijo, -Su señoría, mucho antes de que el panadero me comprara mantequilla yo a él siempre le compraba una libra de pan. Y todos los días, cuando él me trae el pan, lo pongo en un lado de la balanza y le sirvo la misma cantidad de mantequilla conforme a lo que pesa el pan que me trae. Así que le pido que se sirva preguntarle al panadero cual es la medida que él utiliza.
¿Cuál es la moraleja de la historia, mis amigos? Recibimos de la vida lo que nosotros le damos a los demás... Cuando realices una acción, hazte esta pregunta: ¿Estoy dando lo justo por el dinero que quiero ganar? Gentiles amigos: La honestidad o la deshonestidad se vuelven hábitos. Hay personas que practican la deshonestidad y pueden mentir con su cara bien lavada, como dicen. Otros mienten tanto, que llega un momento donde ya no saben ni cuál es la verdad. ¿Pero a quién engañan?... Solamente logran engañarse a sí mismos.
Que enseñanza deja.?
gracias
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hola
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