¿De qué manera Inglaterra decidió solucionar el problema de la crisis económica por la que atravesaba?
Respuestas
por qué ellos luchaban por su pais
Respuesta:
Desde una perspectiva centroeuropea, todo el periodo de posguerra -incluidos los ocho años de milagrosa prosperidad en Estados Unidos, el crecimiento económico sostenido en otros países y las multifacéticas aventuras técnicas, económicas, monetarias y de política comercial de esta sombría época histórica, hasta el colapso de 1929 y la depresión mundial de 1933- es en realidad un solo periodo de crisis económica que se manifiesta de diferentes maneras a medida que atraviesa y transforma el mundo. La crisis económica de los primeros años de posguerra no se resolvió, solo se pospuso. El equilibrio en un lugar se logró trasladando la carga del ajuste, en forma deliberada o de otro modo, a otras regiones y sectores económicos. Cuando llegó el día inevitable del ajuste de cuentas, no solo revivieron los viejos fuegos latentes sino que la crisis asumió profundidades y dimensiones que hicieron palidecer toda experiencia anterior.
Para llevar este argumento más allá de generalizaciones audaces inferidas a partir de conexiones aleatorias de los acontecimientos de los últimos 15 años, el autor está obligado a explicar su metodología, y a respaldarla con pruebas concretas.
¿Por qué es imposible que la crisis se corrija a sí misma?
¿Cuál es la esencia de la crisis económica mundial? ¿Por qué no ha habido una solución autocorrectiva? ¿Cómo podrían lograr repetidamente algunas economías la estabilidad aparente trasladando la carga de los grandes y persistentes déficits económicos en el espacio y el tiempo? Y ante todo: ¿cómo tal interpretación puede arrojar luz sobre la totalidad del proceso general en el que está inscrita la crisis económica mundial?
Podemos dejar de lado las complejidades de la teoría del ciclo económico relacionadas con las fluctuaciones económicas conocidas que nos visitan de vez en cuando, porque estamos convencidos de que las características decisivas de la crisis actual provienen de un contexto histórico específico. En nuestra opinión, la crisis coyuntural de 1929 a 1933 es solo la fase más dramática de una crisis general que tuvo origen en la Primera Guerra Mundial. Las configuraciones políticas y sociológicas únicas asociadas a la guerra pusieron obstáculos insuperables para una recuperación autogenerada. Los costos económicos de la guerra fueron enormes. La opinión general de que la carga económica de la guerra moderna no podía mantenerse durante más de tres meses no estaba fuera de lo razonable. El hecho de que la guerra durara cuatro años solo fue posible porque se impusieron enormes costos sociales a las sociedades mediante presiones coercitivas de abrumadoras fuerzas político-sociológicas. Únicamente los desequilibrios confinados a la esfera estrictamente económica son susceptibles de corrección autorreguladora. Los costos reales de la guerra superaron de lejos la capacidad económica de las sociedades; la escala de destrucción humana y social fue de tal magnitud que la estructura social no podía sostener las fuerzas del ajuste para un equilibrio de posguerra.
La visión convencional, que veía el problema exclusivamente en términos de la amenaza de revolución social, era unilateral, aunque ese peligro era real. Los factores político-sociológicos que hicieron imposible reconstruir un nuevo y estable orden de posguerra eran casi tan complejos como las fuerzas nacionales, sociales, ideológicas y políticas que participaron en la guerra, y la terminaron con una paz impuesta por los vencedores a los derrotados.
Solo hace poco la investigación estadística reveló los costos reales la guerra. A pesar de una revolución tecnológica y del milagro económico estadounidense, la producción industrial en el punto culminante de 1929 había retrocedido notablemente frente a los logros de las dos generaciones de crecimiento económico ininterrumpido anteriores a 1914. En los veinte años transcurridos desde el estallido de la guerra, la producción industrial debería haber sido casi el doble. En cambio, solo aumentó en un 60%. En 1933 cayó a niveles inferiores a los de 1914. De acuerdo con la dinámica del crecimiento económico de las generaciones anteriores, la capacidad de la economía para proporcionar rendimientos productivos en 1933 debería haber sido dos veces mayor. Ni la febril pero improductiva actividad económica de los años de guerra, ni el aumento continuo de la producción agrícola frente a la caída de los precios compensaron las consecuencias económicas de la guerra: diez años de crecimiento perdido en la agricultura y veinte años en la industria.
Explicación:
me pones mejor rta