Respuestas
Respuesta:
El Estudio de la antigua religión mexicana, y sobre todo de sus mitos, se ve dificultado por la insuficiente documentación que poseemos. por el siglo xvl Existía una zona llamada “mesoamericana” caracterizada por un cierta unidad de civilización y que se extendía sobre la porción meridional del México actual y la totalidad de Guatemala.
De esta zona poseemos poca información, salvo para el caso de la ciudad de México y en menor medida sus alrededores. Los quichés de Guatemala dejaron una extraordinaria colección de mitos, y los mayas de Yucatán un conjunto de datos mucho más fragmentado y dispar. Fuera de eso, la documentación antigua es casi inexistente; a veces puede complementarse con las tradiciones indígenas actuales, más bien desnaturalizadas por cuatro siglos de colonización.
la base del estudio de los mitos del antiguo México es precaria si se compara con la que posee el especialista que se ocupa de regiones etnológicamente bien exploradas, como el sudoeste de los Estados Unidos o la Columbia Británica. A veces, sin embargo, los registros son un poco más abundantes, como en el caso de los mitos relativos a la formación del sol y de la luna. Aparentemente, este tema ocupó un lugar bastante central en el pensamiento de los indígenas, ya que varios lo mencionaron en escritos del siglo xvl y lo encontramos también en las leyendas actuales de varios pueblos conservadores. Además, los cronistas españolas de entonces, al igual que los etnólogos actuales, le prestaron particular atención.
Respuesta:
El Estudio de la antigua religión mexicana, y sobre todo de sus mitos, se ve dificultado por la insuficiente documentación que poseemos. por el siglo xvl Existía una zona llamada “mesoamericana” caracterizada por un cierta unidad de civilización y que se extendía sobre la porción meridional del México actual y la totalidad de Guatemala.
De esta zona poseemos poca información, salvo para el caso de la ciudad de México y en menor medida sus alrededores. Los quichés de Guatemala dejaron una extraordinaria colección de mitos, y los mayas de Yucatán un conjunto de datos mucho más fragmentado y dispar. Fuera de eso, la documentación antigua es casi inexistente; a veces puede complementarse con las tradiciones indígenas actuales, más bien desnaturalizadas por cuatro siglos de colonización.
la base del estudio de los mitos del antiguo México es precaria si se compara con la que posee el especialista que se ocupa de regiones etnológicamente bien exploradas, como el sudoeste de los Estados Unidos o la Columbia Británica. A veces, sin embargo, los registros son un poco más abundantes, como en el caso de los mitos relativos a la formación del sol y de la luna. Aparentemente, este tema ocupó un lugar bastante central en el pensamiento de los indígenas, ya que varios lo mencionaron en escritos del siglo xvl y lo encontramos también en las leyendas actuales de varios pueblos conservadores. Además, los cronistas españolas de entonces, al igual que los etnólogos actuales, le prestaron particular atención.