AYUDA!!!!!!!
se puede considerar a la revolución mexicana como una revolución de ideas socialistas? justicia tu respuesta
Respuestas
Respuesta:
Explicación:
La cuestión de la nación, en el México de este siglo, ha sido asumida por la izquierda ante todo (pero no únicamente) como cuestión de la independencia nacional, como la lucha contra un poder opresor externo, el imperialismo moderno, que impide, dificulta, deforma o subordina -la expresión cambia según la interpretación- el desarrollo del país y su constitución plena como nación. Dentro de este pensamiento de izquierda, sólo una transformación socialista (revolucionaria o no, según las tendencias) aportaría la solución definitiva del problema, siendo los progresos previos no desdeñables pero preparatorios o transitorios. El objetivo histórico de esa izquierda es el socialismo, donde se fundirían y se superarían los antagonismos nacionales; el tránsito hacia ese objetivo pasa necesariamente, en los países oprimidos, por la independencia nacional con respecto al país opresor o dominante.(*)
*. Entiendo aquí por izquierda a las corrientes de ideas (y sus respectivas formas organizativas: partidos, movimientos o tendencias) que proponen una reorganización socialista -es decir, no fundada en el capital, la ganancia, la propiedad privada y la expansión de la acumulación capitalista, sino en el trabajo, la solidaridad, la propiedad colectiva y la planificación económica- de la sociedad mexicana. Dentro de esta amplia definición caben diferentes vías, métodos, plazos y programas -a veces muy distintos y hasta antagónicos- para alcanzar dicho objetivo.
Las corrientes de ideas no socialistas -que convencionalmente podríamos llamar de centro o de derecha- consideran que el problema de la constitución definitiva de la nación, de su independencia y su soberanía, será resuelto con el pleno y libre desarrollo de un capitalismo moderno: a mediano o largo plazo, la conformación de México como una potencia regional y -¿por qué no?- mundial. Ya en la época del auge petrolero -fines de los 70- había comenzado a aflorar en el discurso gubernamental la idea de México como potencia intermedia. No se trata entonces de luchar contra la subordinación a un poder externo: puede ser incluso la alianza para el desarrollo conjunto, para así construir una gran nación mexicana, una potencia, idea ésta ajena y opuesta a los ideales socialistas.
A este nivel de análisis, socialismo o capitalismo aparecen como soluciones diferentes y propuestas antagónicas para la cuestión de la nación. Esto es para subrayar que la preocupación por la nación no es patrimonio o monopolio de ninguna corriente de ideas en particular, cosa muy sabida pero que conviene aquí repetir.