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Fósiles de animales extintos
Fue en el siglo xix cuando surgió la idea de que las especies se van modificando a lo largo de muchas generaciones, en un proceso lento y continuo, y que las especies del pasado son los antepasados o ancestros de las especies actuales. A este proceso de cambios que ocurren en los seres vivos a través de millones años se le conoce como evolución biológica.
Como recordarás de tu libro de Ciencias Naturales de cuarto grado, cada especie de seres vivos está formada por individuos similares que pueden reproducirse entre sí y dejar descendientes. También recordarás de tu libro de quinto grado que en la naturaleza existe una variabilidad entre los organismos, lo que significa que, aunque sean de la misma especie, no son exactamente iguales entre sí.
Variabilidad en la coloración de mariposas de una misma especie
La variabilidad nos permite explicar por qué no hay dos niños o niñas iguales, ni mamás o papás que sean idénticos. En la naturaleza, aunque no siempre podamos observarlo, los individuos de la misma especie presentan diferencias que los hace individuos únicos.
Debido a la variabilidad, a través del tiempo los seres vivos han modificado algunas características que les han permitido sobrevivir cuando el ambiente cambia. Es importante que recuerdes que el ambiente no sólo son las características físicas como el clima, la humedad o la cantidad de luz, sino que también forman parte de él los seres vivos y las relaciones que se establecen entre ellos.
La evolución de las especies
Como has estudiado en tus cursos anteriores de Ciencias Naturales, los seres vivos, sean plantas, animales o microorganismos, nacen, crecen, se reproducen y mueren. Ningún ser vivo puede cambiar repentinamente y convertirse en otro. Por ejemplo, un lobo no puede convertirse en perro ni un helecho puede convertirse en fresno. Sólo a través de millones de años una especie puede dar origen a otra. Este cambio es resultado de la evolución de las especies.
Mediante el estudio de algunos fósiles y de comparar sus características con las de los mamíferos, hoy se sabe que éstos evolucionaron a partir de los reptiles, lo cual permite elaborar esquemas evolutivos como el de arriba.
Un ejemplo es la evolución de los anfibios. Los científicos suponen que los anfibios, como los sapos y las salamandras, probablemente evolucionaron de una especie de peces que vivió hace más de 350 millones de años. Estos peces tenían aletas fuertes que les permitían arrastrarse en el fondo de los estanques. Aunque tenían branquias para respirar bajo el agua como los demás peces, también tenían pulmones simples que les permitían respirar fuera del agua. Si el estanque llegaba a secarse, podían respirar por un rato, mientras se arrastraban con sus aletas hasta encontrar agua en otro estanque. Con el paso del tiempo, algunas zonas de la Tierra que estaban muy húmedas se fueron secando y los organismos que las habitaban empezaron a tener ciertos cambios para poder vivir fuera del agua. Lo que ocurrió fue que su descendencia, a través de muchas generaciones se fue adaptando más a las nuevas condiciones ambientales, es decir, sus descendientes poco a poco perdieron sus branquias para desarrollar pulmones y transformaron paulatinamente sus aletas en extremidades más adecuadas al medio terrestre. Después de muchas generaciones, estas nuevas criaturas se adaptaron a la vida en la tierra.
De manera similar, los anfibios fueron los ancestros de los reptiles, como los dinosaurios, las serpientes y los cocodrilos.
Los reptiles, a su vez, dieron lugar a las aves y también dieron origen a los ancestros de los mamíferos, de los cuales evolucionaron todas las especies de mamíferos que ahora conocemos. Los monos, las ballenas, los caballos, los perros, las jirafas, e incluso los seres humanos, todos compartimos el mismo origen.
Este esquema representa la evolución de los animales. Para hacerlo se tomaron en cuenta las semejanzas y diferencias en el desarrollo y la estructura de sus cuerpos. Los organismos más sencillos y antiguos, como las medusas y los gusanos planos, tienen el ancestro común más antiguo. Por otro lado, los equinodermos y los vertebrados comparten un ancestro común más reciente.
Para entender la evolución de los seres vivos, los biólogos identifican las diferencias y las semejanzas entre dos o más especies. Las partes que se comparan pueden ser estructuras, como los huesos y los tejidos; funciones como la reproducción, la respiración y la fotosíntesis; o comportamientos, como la alimentación de las crías al nacer. Estas diferencias y semejanzas nos permiten encontrar el parentesco de las especies entre sí. Mientras más semejanzas encontremos entre dos o más organismos, evolutivamente están más relacionados entre sí.