Respuestas
Respuesta:
Juan Seguer prometió que nos contaría todo tal cual como se lo había referido en su momento al comisario, cuando fue a exponer la denuncia. Seguer y Guitián subieron de noche, por no contradecir a la viuda, porque ella decía que sería más fácil si lo sorprendían dormido. Juan Seguer iba adelante. Guitián fue hacia el fondo y Seguer hacia el frente.
Seguer caminó despacio sobre los tablones del piso. Seguer asintió y el otro lo soltó. Tartamudeando, Seguer intentó contarle lo que había visto. Juan Seguer confiesa que no sabe qué sucedió entonces.
Juan Seguer y Guitián rodaron y terminaron en sitios distintos. Seguer iba a levantarse para caminar hasta su compañero, pero algo se movió a su izquierda, muy cerca. Seguer lo escuchó deslizarse, viscoso, en la oscuridad. Juan Seguer podía oír cómo se lo llevaba, haciendo rebotar su cuerpo entre los tablones.
Seguer se quedó rígido otra vez. Juan Seguer se puso de pie y corrió hacia la escalera. El comisario pensó que Seguer se había emborrachado en algún almacén y se había imaginado la historia.
Respuesta: La anécdota de la primera historia que refiero, “En el borde del barranco”, se la escuché en Jujuy a un amigo. Si no recuerdo mal, a él se la había contado un médico de El Carmen que, con nombre y apellido, quizá la había protagonizado. Años después, supe de un caso similar en la provincia de Córdoba; esta vez el protagonista, de profesión abogado, tampoco era anónimo. Hace poco la mencioné en la facultad, en un taller de cuento, y varias personas dijeron conocerla, aun
Explicación: