exodo 6: ESCRIBA Y EXPLIQUE LOS 3 PUNTOS ¿CUÁL ES EL TEMA DE HOY? ¿CÓMO TENÍA QUE ESTAR MOISÉS ANTE LAS ÓRDENES DE DIOS?
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Respuesta:
En el capítulo 11 estudiamos cómo el Señor inició la revelación de la ley para Israel, mediante los diez principios que resumían la forma en la cual los hombres deben tratar con Dios, con su familia y con sus semejantes. Inmediatamente después de los Diez Mandamientos, el Señor reveló una serie de leyes y mandamientos que hoy en día conocemos como la Ley de Moisés o Ley Mosaica.
Es de lamentar que muchas personas, aun algunas en la Iglesia, piensan que la Ley de Moisés era un substituto de leyes superiores del evangelio. La llamamos ley menor porque lo era, si entendemos el vocablo menor, usado para indicar pasos progresivos. Pero algunos piensan que menor significa de menos importancia y significado, o de un nivel inferior de verdad y justicia. Eso no es el caso. Notaremos lo que otros pasajes de las Escrituras enseñan acerca de la ley:
D. y C. 84:23-27
La Ley de Moisés era un “evangelio preparatorio” que incluía los principios de arrepentimiento, remisión de pecados y la ley de mandamientos carnales.
Mosíah 13:29-30
Era una ley “muy estricta” de “ceremonias y ordenanzas” que tenía por finalidad “conservar vivo en ellos (en los israelitas) el recuerdo de Dios y su deber para con él”.
Jarom 1:11; Mosíah 3:14-15; 13:31; 16:14; Alma 25:15; 34:14
La Ley de Moisés era altamente simbólica y llena de semejanzas, lo que señalaba hacia Cristo y su expiación futura.
Gálatas 3:23-24
La Ley de Moisés fue dada como ayo o tutor para llevar a Israel hacia Cristo.
Alma 25:16: Apocalipsis 19:10
Comprendemos la Ley de Moisés mediante el “espíritu de profecía” o sea el “testimonio de Jesús”.
En resumen, al estudiar la Ley de Moisés podemos esperar encontrar (1) un testimonio de Jesucristo y de su sacrificio expiatorio, y (2) los principios del evangelio ilustrados en las leyes dadas. Tal vez ya no se requiera que los fieles cumplan muchas de las leyes, pero los principios enseñados son eternos y nunca serán abandonados. Por ejemplo, la práctica de los sacrificios de sangre llegó a su fin cuando Cristo vino y en lugar de ella fueron dados los símbolos de la Santa Cena, reemplazando a la vieja ley. Pero el principio era tan verdadero en la época en que los animales eran ofrecidos sobre el altar como lo es ahora cuando el pan y el agua son bendecidos por el sacerdocio. Este principio eterno es que solamente participando del sacrificio expiatorio del Cordero podemos vencer nuestros pecados y recibir el perdón por haberlos cometido.