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Respuesta:
Explicación:La dictadura como destino reiterado
En 1974, Alejo Carpentier decía que “es significativo
que en menos de un año hayan salido tres novelas
sobre el personaje tristemente arquetípico del dictador
latinoamericano que nos persigue como una plaga,
siniestro producto de nuestro suelo, siempre in
crescendo de crueldad y violencia desde los albores del
Siglo XIX”. Sostenía que siendo el dictador un
producto siniestramente característico del suelo
americano, es necesario mostrar su realidad y tratar de
desentrañar los enigmas de su reaparición periódica y
casi continuada en el escenario latinoamericano,
donde las juventudes están en lucha contra él desde
hace más de un siglo. 1
Nuestra América está ligada en la imaginación
mundial a la dictadura. La historia de América no
conoce luchas dinásticas, ni guerras de sucesiones al
trono, se desarrolla en torno a la lucha de clases y la
lucha por la democracia. La historia de América
Latina es, a grandes rasgos, la historia de las
dictaduras que se suceden y, particularmente, de los
derrocamientos de gobiernos democráticos por
militares que, aliados de las clases privilegiadas, de la
burguesía y de los intereses internacionales, frustran,
sangrientamente, las esperanzas de los pueblos.
El tratamiento literario de la pesadilla real que
constituye la dictadura, dio lugar a un subgénero
específico de la literatura latinoamericana. La
dictadura es uno de las iniciales en la novela de
América Latina. Se manifiesta ya a comienzos del sigloXIX, casi simultáneamente con el surgimiento de la
novela y sigue existiendo hasta casi finales del siglo
XX (con algunos retoños valiosos después del 2000)
como reflejo de uno de los problemas más
preocupantes de la realidad en el continente: el del
poder dictatorial tiránico, autoritario y antipopular.
La década de 1960 marcó para América Latina una
época de inmensa creatividad, unificación emotiva y
difusión internacional en la música, la poesía, la
pintura y, sobre todo, en la literatura. Había un
espíritu de unificación en torno al ideal de construir
modelos sociopolíticos que beneficiaran a la mayoría
de la población y no solamente a la élite, y una
voluntad de re-conocer la identidad común que
presuntamente compartían los pueblos
latinoamericanos. La novela del dictador
latinoamericano responde a la convicción de que la
cultura y la literatura tienen una tarea especial para la
comprensión y superación de los males de nuestro
continente, de entre ellos, principal es el autoritarismo.
No hay límites entre la realidad y la fantasía, los
personajes arquetípicos de los dictadores se forman
con características de quienes lo fueron en distintos
países, mostrando lo común que hay en nuestras
sociedades. El Señor Presidente (1946) de Miguel
Ángel Asturias se considera como la novela de la
dictadura fundadora de este género en el Siglo XX; le
siguen Conversación en La Catedral (1969) de Mario
Vargas Llosa; Yo el Supremo (1974) del paraguayo
Augusto Roa Bastos, sobre Gaspar Rodríguez de
Francia de Paraguay; El recurso del método (1974) del
cubano Alejo Carpentier; El otoño del patriarca (1975)
de Gabriel García Márquez; Maten al león (1969) del
mexicano Jorge Ibargüengoitia; y aún continúa más
recientemente con La Fiesta del Chivo (2000) de Mario
Vargas Llosa, sobre Rafael Leónidas Trujillo, de la
República Dominicana. Tejidas por mitos y
realidades, todas ellas son denuncias contra la La Doctrina de la Seguridad Nacional
La Doctrina de la Seguridad Nacional hace referencia
a la ideología y acciones de política exterior de
Estados Unidos que se transmitieron a las fuerzas
armadas de los países latinoamericanos, para que
modificaran su misión para dedicarse con
exclusividad a garantizar el orden interno. La
finalidad fue combatir las ideologías, organizaciones o
movimientos que, dentro de cada país, pudieran
favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la
Guerra Fría. Se basa en la perspectiva de Guerra Total
contra el comunismo, lo que justifica la toma del
poder por parte de las fuerzas armadas y la violación
de derechos humanos. La Doctrina de la Seguridad
Nacional implica que los enemigos están dentro del
país, no hay barreras para su aniquilación, ni siquiera
las garantías constitucionales. La DSN es la base
ideológica de sustentación de un Nuevo Modelo
Político en Latinoamérica: el golpe de Estado militar al
servicio del statu quo para garantizar el
mantenimiento de las relaciones de dominación y la
exclusión social y política.