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En una columna de opinión, Alieto Guadagni, miembro de la Academia Nacional de Educación y ex funcionario durante las gestiones de Menem y Duhalde, argumentó que existe la necesidad de hacer públicos los resultados de los exámenes que se hacen en cada establecimiento educativo, para saber cómo se posicionan en relación al resto y a las metas establecidas. Sin embargo, existe un debate sobre los efectos que esto puede tener en la equidad del sistema.
Los principales puntos a favor: el derecho al acceso a la información de los padres y la mayor presión a los colegios por la mejora académica. Las desventajas son la posible estigmatización, los límites mismos de los exámenes estandarizados para medir la “calidad” de un colegio y el hecho de que muchas veces no se tienen en cuenta otros factores, como el nivel sociocultural de los alumnos evaluados.
“Un dilema específico se presenta en torno de dos derechos que se entrecruzan: el derecho al libre acceso a la información pública sobre los resultados educativos de las escuelas y el derecho de las escuelas, docentes y alumnos a no ser estigmatizados y discriminados por sus resultados”, señala el libro El desafío del derecho a la educación en la Argentina del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).
La Ley de Educación Nacional, sancionada en 2006, establece que “la política de difusión de la información sobre los resultados de las evaluaciones resguardará la identidad de los/as alumnos/as, docentes e instituciones educativas, a fin de evitar cualquier forma de estigmatización”.
Para Guadagni, por el contrario, se trata de una herramienta básica para los padres, un instrumento que sirve para corregir las deficiencias del sistema.
“La información sobre la situación de cada establecimiento escolar no es un instrumento de ‘estigmatización’ como supone infundadamente nuestra ley, sino todo lo contrario. Permite diseñar iniciativas concretas y eficaces para mejorar la situación de las escuelas con problemas. La evaluación por escuela es un instrumento para implementar medidas efectivas a fin de mejorarlas, no para tener un simple ranking de los primeros y los últimos”, señaló Guadagni.
Un análisis de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) hace un balance entre los aspectos positivos y negativos de la publicación de los resultados. Entre los positivos cuenta la introducción de herramientas de rendición de cuenta (accountability): “La publicación de las evaluaciones y los exámenes tienden a promover la presión de los padres y de los gobiernos por la calidad”. Esto debería entonces motivar a los profesores y administrativos a mejorar su desempeño.
Otro punto a favor es el derecho a la información. “Los padres y las madres tienen derecho a conocer los resultados de las escuelas adonde van sus hijos, para ejercer su poder ciudadano y su ‘derecho’ a involucrarse en lo público, para comprometerse con la mejora de la educación”, indica un informe del Observatorio Regional de Políticas de Evaluación Educativa, una iniciativa de la Corporación de Investigaciones para el Desarrollo (CINDE), con sede en Chile, al destacar los argumentos a favor de la publicación de los resultados.
Pero, por otra parte, el mismo documento señala que “los países con mejores resultados en las evaluaciones internacionales (Finlandia, Corea del Sur, Cuba, Australia, por mencionar sólo algunos de distintos continentes), no apelan al uso de rankings ni a la difusión pública de resultados por escuela”.
Para Nancy Montes, investigadora del Área Educación de FLACSO y especialista de la OEI, “los Estados tienen toda la información necesaria para intervenir sobre los problemas en las escuelas, y no hay necesidad de publicar esos resultados, que estigmatizan a las escuelas y fomentan la fragmentación”.
El otro riesgo que Montes identifica en la difusión de los resultados es que los colegios y profesores adapten sus clases y currículos a lo que se exige en los exámenes, enseñando para obtener mejores resultados en el examen y dejando de lado las áreas no evaluadas, sin que eso refleje una mejora en el nivel de educación.
Y luego está el límite mismo que tienen los exámenes estandarizados. El análisis de la OCDE advierte que “parte de los resultados de los estudiantes están más influenciados por factores extrínsecos a los colegios que por los factores que pueden ser adjudicados a los colegios”. Tener en cuenta el contexto en esto puede no ser suficiente, indica.
Distintos países han adoptado diferentes estrategias en cuanto a la publicación de los resultados de escuelas. El debate está abierto y sin consenso entre los especialistas.
Actualización 06/09: Tal como lo señaló, en Australia los resultados por escuela son publicados , a cargo de la Autoridad Australiana de Currículo, Evaluación y Reporte (ACARA, por sus siglas en inglés).
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