Expresa tu opinion critica Jovenes que culminan sus estudios secundarios no pueden acceder a trabajos dignos ¿que se debe hacer y que instituciones son responsables?

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Respuesta dada por: alejandro22sebas
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manuel  y  miguel

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miguel quedo embarazo


alejandro22sebas: 5 estrellas o Manuel te embaraz4
Respuesta dada por: angela563
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La juventud se ha convertido en uno de los principales focos de interés de los estudios sociales, en una sociedad en la que además parece estar reformulándose el sentido del trabajo, considerado desde el siglo XVII una de las vías esenciales de reproducción y legitimación social.

La acentuada exclusión de los jóvenes del mercado laboral -que prolonga esta etapa genéricamente denominada “juventud” y su inserción en el mundo de los adultos-, como consecuencia de la crisis del empleo por la que atraviesan todas las sociedades, probablemente permita explicar el creciente interés de las ciencias sociales en torno a esta temática.

1. El tema de la juventud

Tal como define Mario Margulis (1996, p. 11), la “juventud es un concepto esquivo, construcción histórica y social y no mera condición de edad”, que aparece como resultado de un conjunto de prácticas discursivas; en este sentido, es posible encontrar diferentes convenciones culturales en las que se habla de la juventud. En estos discursos se suele identificar una suerte de polaridad, en la que la juventud aparece como sujeto de socialización (generación, sujeto o agente de cambio social) o bien como objeto de socialización (reproducción y afirmación del orden social vigente). Veamos a continuación algunos de estos discursos (Serrano Pascual, 1995)

La juventud puede ser definida como un estado o status, es decir como una posición social, a la que el joven se adscribe a partir de la edad. Esta posición en la estructura social se extiende a un modelo de comportamiento y una valoración, que parece convertirse en el comportamiento cultural de la actual sociedad, en la que “ser joven” constituye un valor positivo. Desde esta perspectiva, no es la sociedad adulta la que opera como referente valorado al que tiende el joven, sino por el contrario, las características atribuidas al grupo juvenil actúan como modelo de comportamiento por parte de los componentes de la sociedad adulta. Con frecuencia este comportamiento es cuestionado, considerándolo la consecuencia de la manipulación para el consumo2.

También se encuentran referencias a la juventud como estadio o estado incompleto: o sea como una situación de paso o transición de un estado a otro, proceso o tiempo de espera. En tanto grupo, se tiende a caracterizar a los jóvenes a partir de la indefinición o la incertidumbre, y la consecución del estado adulto aparece como una meta normativa y un deber moral. De este modo, el concepto no tiene contenido en sí mismo sino siempre en referencia o en relación con otro (la niñez o la adultez). Esta postura puede asumirse desde una perspectiva psicológica, en la que se destacan los diferentes cambios (a nivel biológico, de desarrollo cognitivo y social), que son percibidos como crisis y conducen a una necesaria reorganización del conjunto, mediante la conformación de una personalidad que detente aquellos atributos propios del estado adulto (madurez moral y cognitiva, adopción de un rol laboral y sexual, pensamiento lógico, posicionamiento ideológico, asunción de responsabilidades productivas, compromiso social).

Desde una perspectiva sociológica: el concepto es considerado como función de las estructuras productivas y demográficas. Se entiende la transición como un proceso social, y por lo tanto relativo, es decir que no está presente en todas las culturas, dependiendo del contexto social en que se desarrolla el mismo; es posible así, distinguir una pluralidad de juventudes y de grupos sociales dentro de este tramo de edad, las que resultarían la variable dependiente relacionada con otras variables estructurales como clase social, situación económica y familia de procedencia3.

Finalmente se distingue una concepción que tiende a definir a la juventud como generación: en este sentido los jóvenes constituyen un grupo en una fase, más que de integración a la sociedad, de negación y reconstitución de ésta bajo nuevos términos. Si en el enfoque anterior eran percibidos bajo la óptica de la reproducción social (en tanto agentes sociales), en este caso aparecen como motor del cambio en una relación de contradicción con el estadio adulto, y opuesto al orden social vigente. La relación entre los distintos grupos etarios aparece como esencialmente conflictiva, ya que supone universos culturales en contradicción o en diferenciación. Este concepto de generación se vincula estrechamente con el de subcultura, como una manera particular de interpretar y percibir la realidad. Con frecuencia, se observa a la subcultura juvenil como fuente de desorden y desestabilización.

Estas conformaciones, en tanto estrategias para afrontar los estudios acerca de los jóvenes, también encuentran su contrapartida en el plano de las representaciones sociales, que se diversifican en función de las posiciones sociales que ocupan las personas que las sustentan.

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