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: No. Cuando un hombre y una mujer se entregan el uno a la otra para siempre en el matrimonio, crean entre ellos y con otras personas unas realidades indisolubles. Por ejemplo, los padres de la mujer se convierten en los padres políticos del marido: es indisoluble, no pueden renegar de él. Pero no es indestructible si el matrimonio se destruye. La historia afectiva, sentimental, sexual de la pareja es indeleble, indisoluble, incluso cuando esta historia ha sido destruida por otra unión. El hijo es una realidad indisoluble. Y puesto que la realidad humana vivida en la historia de una pareja es indisoluble, la Iglesia propone, como un segundo nivel, una realidad sacramental indisoluble, como si Dios protegiera en el hombre lo que es frágil: su capacidad para ser fiel, para durar… Esta indisolubilidad de lo humano que se crea en el momento del matrimonio está como enroscada en Dios. La indisolubilidad sacramental santifica la indisolubilidad humana.
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El matrimonio católico no tiene divorcio, es uno e indisoluble, eso lo reconoce el Concordato. Bien puede una pareja acudir a las leyes, que un juez dicte sentencia de cesación de efectos civiles y quedar libre ante la ley, pero ante su conciencia ni ante la Iglesia católica podrá contraer un segundo matrimonio sacramental . El Concordato El año pasado, a raíz de la aprobación de la Nueva Carta Política de Colombia, se vio la necesidad de renovar algunos puntos del texto Concordatario para evitar roces y conflictos o señales de inconstitucionalidad. Se nombró una comisión y se iniciaron los estudios que finalizaron el viernes con la firma de las modificaciones que ahora pasan a aprobación del Congreso
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