• Asignatura: Historia
  • Autor: bjef7
  • hace 6 años

sumak kawsay representar en una historia


bjef7: ayuden es pala tarde plis

Respuestas

Respuesta dada por: Anónimo
1

Respuesta:

1.1 “Buen vivir” y “desarrollo” como gestión política de la vida

El 28 de septiembre de 2008 se ratificó por medio de referéndum la propuesta de nueva

constitución que elaboró la Asamblea Constituyente de la República del Ecuador. Es un hito

histórico por varias razones, pero, sobre todo porque no se trata de “una” reforma más, sino de

dar paso a la posibilidad de “refundar”[1] el Estado y la nación en la medida que se recogen

planteamientos que provienen de “formas de vida”[2] de las ancestrales poblaciones indígenas

y afroecuatorianas. Es la primera vez en la historia del Ecuador y Latinoamérica que, en otras

palabras, se procede a la aprobación[3] de una constitución que se basa en concepciones de

vida que no se basan exclusivamente en tradiciones occidentales.[4] Hecho complejo e

importante porque va más allá de los planteamientos que han sido hasta la fecha la matriz

conceptual desde la que se ha procedido al diseño de discursos de “modernidad” en Ecuador.

Observación que, más aún, se queda corta si consideramos que no estamos simplemente ante

un acontecimiento de innegable importancia política; en el fondo, asistimos a un verdadero

remesón del legado semita-cristiano en el que se prescribieron los marcos para el diseño

posible de lo que había que concebirse como una vida legítima. Esto porque la construcción de

un continente “latino”[5] está históricamente ligada al paradigma de vida difundido por la idea

de “civilización” que la modernidad occidental construyó en estas tierras desde el legado

cristiano.

Las pasiones desatadas a propósito del debate constitucional ecuatoriano hay que ubicarlas

en el orden epistémico de la meta-política, porque situándose más allá de las reformas

puntuales tienen que ver con la creación y legitimación de prácticas y concepciones con las

cuales se instauran patrones de vida. Se trata de la pregunta sobre formas de vida desde las

cuales la modernidad ecuatoriana –y latinoamericana– se plantea su visión y práctica del

“desarrollo”.

Estos modos de vida otros aparecen en el texto de la nueva Constitución con las expresiones

“buen vivir” –en castellano– y “sumak kawsay” –en kiwcha– y constituyen el paradigma de vida

hacia el cual deberá orientarse el “desarrollo”. El “buen vivir” o “sumak kawsay” postula un

reordenamiento general de lo que el término moderno “desarrollo” había querido expresar.

En la medida que desborda los límites de un proyecto meramente económico, social o político,

adquiere el carácter de paradigma regulador del conjunto total de la vida. Su perspectiva

“holística” (León 2008a: 137) contrasta con los modelos de “desarrollo” que infructuosamente

se han ensayado en la historia ecuatoriana y se plantea desde su novedad como una

alternativa al modelo de “civilización” dominante. Así en el texto constitucional:

Régimen de Desarrollo es el conjunto organizado, sostenible y dinámico de los sistemas

económicos, políticos, socio-culturales y ambientales, que garantizan la realización del buen

vivir; el buen vivir requiere que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades gocen

efectivamente de sus derechos y libertades, y ejerzan responsabilidades en el marco del

respeto a sus diversidades y la convivencia armónica con la naturaleza. (Art. 275)

 

2

La expresión “sumak kawsay” –traducida al castellano como “buen vivir”– proviene del kiwchua

y forma parte del legado conceptual y vital de pueblos andinos originarios; existiendo también

en otras lenguas de la misma región conceptos que hacen referencia a contenidos similares.

En general, su contenido da cuenta de una forma “armónica” de conducción de la vida entre

los seres humanos y la naturaleza; con lo cual se hace necesaria una primera aclaración

porque esta misma separación no corresponde a su concepción del mundo y de la vida. A

partir de esto, también se puede observar que el “sumak kawsay” presenta diferencias con

concepciones de la “vida buena” que han sido acuñadas desde tradiciones occidentales,

siendo históricamente relevante para Latinoamérica aquellas confeccionadas desde matrices

modernas y cristianas. A diferencia de éstas, la expresión “buen vivir” acentúa más en una

comprensión de la naturaleza que sirve de base para el diseño de una vida que se tenga por

“buena”. En opinión de algunos autores, el término expresaría una especie de “ética

cosmológica”[6] o, a su vez, una “ética ecológica andina”[7] cuya premisa fundamental sería una

vida armónica entre seres humanos como consecuencia de relaciones en los mismos términos

con la naturaleza. Acentuando las diferencias, para fines de una primera presentación, el

“sumak kawsay” contrasta con la perspectiva trascendental del cristianismo –en la medida que

la vida buena se busca en el marco de las posibilidades ofrecidas por la misma naturaleza– y

también con las concepciones modernas cuya opción antropológica había argumentado desde

categorías subjetivas y racionales, es decir, tomando distancia de la naturaleza.  

Explicación:

Preguntas similares