Hacia 1960 la discriminación y segregación racial que existía en el sur de los EE. UU. Era protegido por las leyes de varios estados de esa nación. En este contexto una serie de organizaciones se levantaron para terminar con esta situación, lo que originó la reacción violenta de grupos conservadores que avivaron el racismo en el país. Las actividades de estas organizaciones dieron paso a una lucha frontal contra los maltratos delos que eran víctimas los afrodescendientes. La lucha se caracterizó por ser pacífica y tener como protagonista al pastor Martin Luther King. La tarde del 28 de agosto de 1963 luego de una jornada de protestas masivas contra la discriminación racial, Martin Luther King pronuncio estas palabras que, tras su asesinato, pasaron a la memoria de todos los pueblos oprimidos del mundo. Un sueño de libertad y justicia Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador. Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano". Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad. Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia. Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad. ¡Hoy tengo un sueño! Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"
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por que es díficil jajajajjaa
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