Respuestas
Explicación:
Muerte
Se dijo que la exaltación que otorgó La Mettrie al placer de los sentidos resultó en su muerte temprana. Aquellos que no estaban de acuerdo con la filosofía de La Mettrie usaron su muerte para afirmar que el sensualismo ateo termina de esa manera. El embajador inglés lord Turconnel había sido curado de una enfermedad por La Mettrie y, en agradecimiento, celebró un banquete. El agasajo del diplomático iba a resultar fatal. La Mettrie, que no despreciaba los placeres de la mesa, se excedió al parecer con un páté de águila preparado con trufas al modo de faisán. Se indigestó gravemente y murió el 11 de noviembre de 1751. Tenía 41 años.
Obras
Obra Filosófica. Madrid: Editora Nacional. 1983. 455p.
El Hombre Máquina. Buenos Aires: EUDEBA. 1961. 133p.
Discurso sobre la Felicidad. Buenos Aires: El Cuenco de Plata. 2010. 200p
El hombre máquina, El hombre planta y otros escritos. Buenos Aires: El Cuenco de Plata. 2014. 240p.
El Arte de Gozar. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba y Encuentro Grupo Editor. 2008. 71p.
El Arte de Gozar. Pamplona: Laetoli. 2015. 236p.
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Expresion
decidió adoptar la profesión de la medicina. En 1733 fue a Leiden para cursar estudios bajo la tutela de Boerhaave, y en 1742 regresó a París, donde obtuvo el empleo de cirujano militar. Durante una fiebre hizo observaciones sobre sí mismo sobre la acción del pulso acelerado en el pensamiento, lo que le llevó a concluir que los fenómenos físicos eran los mismos cambios orgánicos en el cerebro y en el sistema nervioso. Esta conclusión la trabajó en uno de sus primeros escritos filosóficos, la “Historia natural del alma” (1745). Tal impacto tuvo su publicación que La Mettrie tuvo que refugiarse en Leiden, donde desarrolló sus teorías con gran originalidad y de la manera más completa y atrevida, en sus obras “El Hombre Máquina” y “El Hombre Planta”, tratados consistentemente materialistas. La ética de estos principios fue trabajada en sus obras el “Discurso sobre la felicidad” y “El arte de gozar o la escuela de la voluptuosidad”, donde propone que el final de la vida se encuentra en los placeres de los sentidos, y que la virtud puede reducirse a amor propio. El ateísmo es la única manera de asegurar la felicidad del mundo, que ha sido hecha imposible por las guerras de los teólogos, bajo la excusa de un "alma" inexistente. Cuando la muerte llega, la “farsa se acaba” (la farce est jouée), así que tomemos el placer mientras podamos. Tan fuerte fue la reacción contra La Mettrie y su pensamiento que éste se vio obligado a salir de los Países Bajos, para radicarse en Berlín, donde Federico el Grande no sólo le permitió continuar su práctica médica, sino que lo tituló lector de la corte. Allí La Mettrie escribió su libro principal “Discurso sobre la felicidad” (1748), que le valió el rechazo de los líderes de la ilustración como Voltaire, Diderot, y D'Holbach.