Respuestas
En tiempos pasados los hombres shipibo vivían a la orilla del río o de la cocha, ese era siempre su lugar favorito. En ese entonces, cuando cazaban pescado, no tenían cuchillo, lo hacían de caña y lo afilaban bonito y con eso destripaban los peces. La piedra también la utilizaban. Tampoco tenían candela; por eso, cuando ya tenían sus peces cazados los ponían al sol para poder comerlos. El sol también era un poco bajo; dicen, en ese tiempo, no era tan alto. Y en la chacra no tenían casi nada para comer con el pescado.
Los shipibo vivían al lado de Yoashiko Inca, casi convivían con él. Era un inca mezquino, cuando los hombres le pedían palo de yuca para sembrar, Yoashiko le cortaba su yema y les daba así para que no crezca, y no crecía; y cuando le pedían maíz, les daba tostado. No les enseñaba nada.
Yoashiko tenía en su casa un perico que estaba criando su mujer. En ese tiempo, el perico tenía su pico largo; él veía que en su chacra Yoashiko tenía sembradas guayabas, guabas y otras frutas. Y miraba a los niños que subían al árbol de guabas y las cogían. Yoashiko les espantaba, diciendo: “¡Joo, joo, joo!”, como un animal. “¡Los monos y guasas están cogiendo mi guaba!”, exclamaba. Y al momento los niños se convertían en diferentes clases de monos. Todo eso veía el lorito.