¿Con quién podemos comparar al hombre de esta parábola?. 10 renglones parabola del buen samaritano
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ExplSeguramente Jesús está en Capernaúm cuando reprende a los fariseos. Más tarde, ese mismo día, sale de la casa donde se encuentra y se dirige al cercano mar de Galilea. Al llegar allí, las multitudes se reúnen a su alrededor. Él se sube a una barca, la aleja un poco de la orilla y empieza a enseñarles sobre el Reino de los cielos. Lo hace usando parábolas o comparaciones sobre cosas que la mayoría de la gente conoce bien para que les sea más fácil entender distintas verdades sobre el Reino.
El primer ejemplo que les pone es el de un hombre que está sembrando. Algunas semillas caen a lo largo del camino, y los pájaros se las comen. Otras caen en terreno rocoso, donde hay poca tierra. Al brotar las plantas, estas no pueden echar raíces profundas, de modo que cuando sale el sol se queman y se marchitan. Otras semillas caen entre los espinos y, cuando las plantas brotan, estos las ahogan. Por último, algunas semillas caen en la tierra buena y producen fruto: unas, 100 veces más de lo que se sembró; otras, 60, y otras, 30 (Mateo 13:8).
Jesús les pone otro ejemplo y les dice que el Reino de Dios es como cuando un hombre echa semillas en la tierra. En este caso, las semillas crecen por sí solas, sea que el hombre esté durmiendo o despierto, “aunque él no sabe exactamente cómo” (Marcos 4:27). Y las plantas que brotan producen grano, que luego él cosecha.
A continuación, Jesús les pone un tercer ejemplo relacionado con la siembra. Les habla de un hombre que echa en su campo buena semilla. Pero, mientras todos duermen, un enemigo siembra mala hierba entre el trigo. Los esclavos del hombre le preguntan si quiere que arranquen la mala hierba, pero él les responde: “No, no sea que al arrancar la mala hierba arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y en la temporada de la cosecha les diré a los cosechadores que primero arranquen la mala hierba y la aten en manojos para quemarla y que luego recojan el trigo y lo guarden en mi granero” (Mateo 13:24-30).
Muchos de los que están escuchando a Jesús saben lo que es trabajar en el campo. Así que él les menciona algo más que conocen bien: el diminuto grano de mostaza. Les dice que se convierte en un árbol tan grande que hasta los pájaros vienen a refugiarse entre sus ramas. Respecto a esta semilla, Jesús les explica: “El Reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo” (Mateo 13:31). Con este ejemplo, no les está dando una lección sobre plantas. Más bien, les está explicando que algo muy pequeño puede crecer muchísimo y convertirse en algo muy grande.icación: