Respuestas
Respuesta:
falso
Explicación:
El paco a diferencia del crack, no tiene su apariencia (piedras o cubos claros o blancos) ni hace el sonido que le dio el nombre al ser calentado (crack) porque no proviene del clorhidrato, sino de la cocaína base
Respuesta:
Pantalones oxford, combis Volkswagen, música disco y cocinas clandestinas de cocaína en la selva peruana. Los agitados ‘70. Transcurre más precisamente 1972 y Jesús espera ansioso en el sembrado, que pudo ser una plantación de yuca, pero que resultó más rentable hacer de coca (la planta, no la gaseosa). Camina inquieto alrededor de una pequeña instalación, delimitada apenas por la sombra que proyecta un toldo improvisado. De tanto en tanto se detiene y mira de reojo las manos curtidas y terrosas que revuelven una olla, indiferentes a los mosquitos, el sudor y la humedad.
–¿Y? ¿Falta mucho?
– ¡Pará, todavía no, paciencia Jesú!
– Dejá, dejá. Dámela así nomás como está, ya no aguanto.
El Jesú se la fumó casi cruda. Y no pudo parar. Deambulaba por las calles de Lima y le decía a quien quisiera escuchar que fumaba la pasta, que era más intenso. Decía que el efecto era cortito, decía que el placer era mínimo, decía que se sentía mal, decía que no le gustaba, decía que necesitaba más. No comía, no dormía, hasta que gastó sus últimas energías en hacer un escándalo en plena calle, y colapsó. Lo llevaron al Hospital Hermilio Valdizan, donde lo atendió el Dr. Humberto Rotondo. En ese instante, Jesú pasó a ser el primer paciente registrado por consumo de paco.
Al atenderlo, el médico y otros trabajadores de la salud quedaron asombrados por las particularidades de su perfil clínico, distinto a lo conocido en los consumidores de cocaína hasta el momento. Pero Jesú fue apenas la primera ficha del dominó. Rápidamente aparecieron más y más casos similares, no sólo en Perú sino también en los países vecinos, y no tardó en desatarse una situación de alarma pública por esta droga que se propagó por América Latina a gran velocidad.
El paco (o Pasta Base de Cocaína) es una forma de cocaína que se fuma. A pesar de lo que se dice y de lo que Tomás Fonzi nos quiso hacer creer en aquella película del 2010, el paco no es el residuo que queda en el fondo de las ollas al cocinar la cocaína. En realidad, el paco es el producto que se obtiene de una etapa previa a la forma de cocaína popular entre los corredores de bolsa de Wall Street (clorhidrato de cocaína); es algo más crudo y con menos pureza que la cocaína tradicional, más fácil de elaborar, que se puede producir más rápido y vender más barato. Un negocio redondo.
Los primeros registros de consumo de paco ocurrieron en las décadas del ‘70 y ‘80, y provienen de los países en los que había mayores cultivos de coca y fábricas de procesamiento, como Colombia, Perú y Bolivia. La prohibición y el control sobre la venta y el acceso a los precursores químicos que se usan para la elaboración del clorhidrato de cocaína en esos países −una de las estrategias centrales de la ‘Guerra Contra las Drogas’− catalizó el desplazamiento del procesamiento y el consumo de paco hacia el sur del continente, a países como Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. En Argentina y Uruguay, el paco se instaló definitivamente en el mercado de drogas local durante la crisis económica del 2001 y 2002, lo que generó que su mayor impacto fuera principalmente en las poblaciones más vulnerables. Así, el paco se convirtió en la droga de los pobres, problema que, lejos de incrementar la atención en el sector más necesitado, potenció su ya existente estigmatización social.