• Asignatura: Historia
  • Autor: michygil2009
  • hace 6 años

qué se trató en la conferencia de asilomar en 1975?​

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Respuesta dada por: alvarodanielrojasach
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acshicanhnvhnkvavaveava

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acshicanhnvhnkvavaveava

Respuesta dada por: stefanyyela8
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Los «expertos» en medios de comunicación irresponsables conducen al público a la idea de que el impacto y el riesgo de las innovaciones tecnológicas en la ingeniería genética de plantas sean cero y si se detecta una ligera deficiencia, real o imaginaria, propondrán la condena completa de tal práctica. Las demandas para moratorias o la completa prohibición de productos alimentarios manipulados genéticamente, particularmente en Europa, tiene sus orígenes en inflamadas y poco científicas consignas tales como «polución biológica» y «comida Frankenstein» y comparaciones erróneas realizadas con la encelopatía espongiforme bovina, la fiebre aftosa y las plantas de energía nuclear. Hay muy pocos riesgos reales, si es que existe alguno, asociados a la ingeniería genética de plantas que pudieran en alguna medida compararse en peligrosidad con los riesgos que acepta en la actualidad la sociedad para desarrollar el estándar de vida, como el transporte, tabaco, alcohol y otros muchos. En 2001, el uso global estimado de plantas manipuladas genéticamente fue de unos 53 millones de hectáreas utilizadas por unos 5.5 millones de granjeros.

Muchos otros países, incluyendo Bulgaria, Uruguay, Indonesia, Brasil y México, están ahora en los primeros estadios de desarrollo de plantas transgénicas. Existe una evidencia de que estas plantas dan un incremento en producción, disminuyendo el gasto para los granjeros así como el uso de pesticidas, tanto en países industrializados como en aquellos en vías de desarrollo. Desgraciadamente, Europa continuará sufriendo restricciones de tipo burocrático/político en la legislación de este tipo de plantas. En la actualidad, la transferencia de genes únicos es la base de la ingeniería genética en este campo.

Hasta la fecha, la mayoría de las aplicaciones de la ingeniería genética de plantas han beneficiado al productor más que al consumidor. En el futuro el seleccionador de semillas y el agricultor serán capaces, a través de la manipulación, de obtener variedades de plantas con cantidades más equilibradas en los requerimientos nutricionales. El arroz es deficiente en vitamina A, lo que da lugar a casos de ceguera en muchos países en vías de desarrollo donde esta planta es un alimento básico. El desarrollo de variedades de arroz manipuladas genéticamente que producen cantidades más elevadas de vitamina A y hierro ya se ha conseguido y tendrá un valor nutricional inmenso, especialmente en estos países.

Todos los derechos de patentes sobre esta producción han sido dispensados para los países en desarrollo por las compañías y científicos implicados. La tecnología futura de plantas modificadas genéticamente facilitará la formulación de nutrientes en las plantas para consumo humano. Dado que las plantas de uso alimentario, tales como los cereales, son la base de la mayoría de las dietas de animales de granja, puede anticiparse que la mayoría de las plantas serán manipuladas para reunir los requerimientos nutricionales exactos de especies animales individualizadas, como la avícola, vacuno o porcino. Las nuevas aplicaciones de la biotecnología, como los animales y plantas transgénicas y proteínas y vacunas recombinantes, traerán un gran número de beneficios a la raza humana, no sin generar ciertas reticencias en algunos sectores de población.

Además, siendo una crítica a los sistemas educativos actuales, la mayoría de la población ignora incluso los hechos biológicos más sencillos y, naturalmente, encuentra la complejidad de la ingeniería genética desconcertante y amenazadora. Si bien existe hoy en día un amplio conocimiento y experiencia en procesos biológicos y de ingeniería esperando ser utilizados en procesos biotecnológicos productivos, su tasa de aplicación estará determinada, más que por cuestiones de tipo científico o tecnológico, por otro tipo de factores no menos importantes, tales como las políticas de inversión industrial, el establecimiento de necesidades de mercado y la economía de las capacidades de «marketing» necesarias para introducir nuevos productos e el mercado y, por encima de todo, en como el público percibirá este nuevo grupo de tecnologías innovadoras.

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