Respuestas
Respuesta:
Una de las características de toda lengua es el equilibrio inestable en que se encuentra debido a la tensión permanente (e incluso al conflicto) entre normas y usos. Esto queda patente en frases como “Eso no se dice”, “Eso está mal dicho”, “Así no se dice”, etc. que todos hemos oído o utilizado alguna vez. Recordemos que la noción de norma remite a las pautas consideradas gramaticalmente correctas, o, para decirlo en términos sociolingüísticos, al sistema de instrucciones que el hablante debe escoger (en los planos fonológico, morfológico, sintáctico, léxico-semántico y pragmático) si quiere ajustarse a cierto “ideal lingüístico” sociocultural o estético.
Explicación:
La diferencia entre uso y norma en la lingüística es que la primera atiende a la práctica recurrente de las palabras de acuerdo a un contexto particular, mientras que la segunda, hace referencia a aquellas pautas e instrucciones que la lingüística ha desarrollado para que escribamos y hablemos correctamente.
Algunos ejemplos de norma lingüística son las reglas de acentuación, uso de mayúsculas, de signos de puntuación. Por su parte, entre usos lingüísticos encontramos las jergas, localismos extranjerismos, entre otros.
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