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Capitulo 28
Una noche mi padre recostado en un catre seguía dictándome luego de bastantes horas de trabajo. Hasta que el sueño y la fatiga le vencieron.
Entonces disminuí la luz del cuarto cerré ventanas y puertas y aguarde a que despertara paseándome por el corredor que daba al escritorio.
Capitulo 29
Algunas cuadras antes de llegar las puerta del patio a nuestra derecha y sobre una de las grandes piedras que dominaba el valle.
Estaba en pie Maria, Emma la animaba para que bajase. Nos acercábamos, la cabellera de Maria suelta en largos y lucientes rizos.
Capitulo 30
Al día siguiente tuvo lugar el matrimonio de Transito
Capitulo 31
Habíamos llegado. Extrañe ver cerradas las ventanas del aposento de mi madre. Salió a recibirnos Eloisa. Pidiéndonos que no hiciésemos ruido.
-Papá- dijo- se ha acostado por que esta enfermo.
Solamente Maria y podíamos sospechar los motivos. Al advertir el nuestra alarma quiso tranquilizarnos.
Capitulo 32
Tres días mas tarde la fiebre seguía resistiendo a todos nuestros esfuerzos por combatirla, los síntomas eran tan alarmantes que el mismo doctor se veía con dificultades para combatirla.
Capitulo 33
Una semana después Mi padre estaba convaleciente y la alegría había vuelto a nuestra casa.
Capitulo 34
Entro Mamá en mi cuarto.
-¿ es posible - me dijo - que te dejes dominar por la pesadumbre? ¡ se fuerte como siempre lo has sido! Y no solo por tu padre si no porque además tu eres llamado a conformar a: Maria.
Capitulo 35
Cuando llegue por la mañana a las haciendas el doctor que remplazaba a Mayn estaba atendiendo a Feliciana. Me hizo saber que había perdido toda esperanza de salvarla.
Capitulo 36
Dos semanas habrían trascurrido desde la llegada del sacerdote al país de los Kombu-Manez. Sea porque solamente sinar podía entenderle o porque este gustara del traro del europeo paseaban juntos diariamente mientras Nay veía regresar al amado preocupado y melancólico.
Capitulo 37
Al amanecer del día en que iba a celebrarse el desposorio de sinar este con Nay y el misionero bajaron silenciosamente a las riberas del gambina y el sacerdote les hablo:
-el Dios que os he hecho amar, el Dios que adoraran vuestros hijos nos desdeña por templo los pabellones de palmeras que nos cobijan.
Capitulo 38
Por aquel tiempo se explotaban muchas minas de oro en el choco; y bien merece ser elogiada su producción si se tiene en cuenta el rustico sistema utilizado para el trabajo. Este lo atendían cuadrillas de esclavos.
Explicación: