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Respuesta:Una forma de medir la incultura en una sociedad, es la falta de capacidad para la tolerancia y para el respeto a las individualidades.
El mundo esta cansado de violencia generada por la discriminación religiosa o política, por el factor racial, por la orientación sexual, por la condición económica y por muchos otros factores.
Se dejan prosperar en el individuo una serie de sentimientos que atentan contra la convivencia y contra la diversidad, lo que hace surgir la intolerancia que degenera en injusticia y violencia. Todo eso es un defecto de la formación y una culpa para todos aquellos que no enseñaron a sus hijos a respetar esas situaciones, a convivir con ellas y a propiciar una relación normal y fructífera de retroalimentación y de crecimiento.
Lo peor de todo, es que a veces esas manifestaciones ofensivas y discriminatorias, provienen de personas que desempeñan un papel dentro de la sociedad, en donde supuestamente están representando a la comunidad en general. Es el caso del concejal de Marsella, Risaralda, que públicamente llegó a decir que “Siendo sinceros, grupos difíciles de manejar, como las negritudes, los desplazados y los indigentes, son un cáncer que tiene el gobierno nacional y mundial
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“En los últimos años, organismos internacionales han manifestado en numerosas ocasiones su compromiso respecto a la lucha contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo. El año 1997 fue declarado “Año Europeo contra el racismo” y desde entonces han sido muy numerosos los actos y las declaraciones a favor de la convivencia multicultural y multiétnica, en pro de la diversidad y del respeto y protección a los derechos humanos.
Textos tan importantes como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y nuestra propia Constitución no dejan lugar a dudas; su mensaje es claro y contundente: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos...”, “Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social”.
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