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Respuesta:
En la antigüedad, Mesopotamia se caracterizó por ser una región fértil, donde prosperaron las actividades agrícolas, ganaderas, orfebres y comerciales. Por esta razón, la región fue conocida como la Media Luna fértil. Allí tuvo lugar el desarrollo de múltiples culturas a lo largo de la historia: los sumerios, los acadios, los babilonios y los asirios.
Por sus características físicas, Mesopotamia se dividía en tres grandes zonas:
La zona alta, conocida antiguamente como Asiría, se ubicaba al norte de Mesopotamia. Se caracterizó por ser una zona montañosa y seca, con escasa vegetación y suelos semiáridos apta solo para la cría de ganado menor, como las cabras.
La zona media, denominada Akkad o Babilonia, se encontraba situada en el centro de Mesopotamia y se localizaba en el punto más estrecho entre los ríos Tigris y Éufrates. Se caracterizó por sus grandes llanuras fértiles, con suelos aptos para la agricultura y una vegetación compuesta por arbustos bajos y palmeras.
La zona baja, llamada Súmer, comprendía el área ubicada al sur de Mesopotamia y se extendía hasta la desembocadura de los ríos en el Golfo Pérsico. Se destacó por tener un clima desértico, con suelos llanos, fértiles y pantanosos, que hicieron de esta zona un área apta para la agricultura. En la región de la Baja Mesopotamia, se producían cosechas abundantes de cereales; también se daban los árboles frutales, higueros, duraznos, cítricos, almendros y, especialmente, las palmeras, cuyas variedades de dátiles constituían un importante renglón alimenticio.
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