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El hábil profesor desea tomar la medida de los talentos que hay en la cátedra, y el tiempo que le sobra despues de la explicacion le emplea en hacer un experimento.
Los pocos pasajeros a quienes tan ruda jornada había tocado, éramos, como creo haberlo dicho ya, el profesor suizo, un joven de Bogotá, García Mérou y yo.
lo primero que tengo que hacer es tomar un profesor de francés... Supongamos que cuando menos se piensa, mañana, o la semana que entra, o el mes que entra, gano el pleito; bien porque lo gano, bien porque la marquesa se cansa, reconoce su terquedad, y cede y me llama y me dice... Hace días que me estoy figurando esto y nada tendría de particular que lo que pienso resultase verdad.
Volvió a pensar, aunque sin esperanza, en lo de la música las fieras domestica, y dijo: --Pues mira, si te decides, Minghetti, el barítono, es un excelente profesor.... Emma, encendida, no pudo menos de ponerse en pie, y sin pensar en contenerse, comenzó a batir palmas.
En el despacho estaban reunidos los profesores más eminentes de la Facultad, los príncipes de la ciencia médica, seis hombres que no tienen quien les iguale en toda Europa, y no obstante, todos ellos, al entrar el padre de Magdalena, se inclinaron con respeto como súbditos que rinden vasallaje a su señor.
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jóvenes convencidos, jóvenes que sepan defender su dignidad y hacerla respetar, habrá ciencia, ¡habrá entonces profesores considerados! ¡
De época en época, cuando venía algun profesor complaciente, se señalaba un día del año para visitar el misterioso Gabinete y admirar desde fuera los enigmáticos aparatos, colocados dentro de los armarios; nadie se podía quejar; aquel día se veía mucho laton, mucho cristal, muchos tubos, discos, ruedas, campanas, etc.; y la feria no pasaba de allí, ni Filipinas se trastornaba.
Ya ves: doctor, profesor clínico, y tengo mil quinientas pesetas al año... con descuento.
En resumen, el señor de Bevallan, que no teme instituirse profesor cínico de estos calaveras sin barba, no me ha gustado, ni pienso haberle agradado tampoco.
Volvía del liceo, donde era profesor, cansado, con el estómago vacío; el tranvía estaba repleto, y no había posibilidad de sentarse y leer el periódico.
Así fue conociendo a los amigos de su padre; aquella bohemia en la que la música iba unida siempre a un ideal de revolución europea; mezcla confusa de artistas y conspiradores; viejos profesores calvos, miopes, con la espalda encorvada por toda una vida de inclinación ante el atril; jóvenes morenos de ojos de brasa con erizadas melenas y corbata roja, que hablaban de destruir la sociedad, haciéndola responsable de que su ópera no fuese admitida en la Scala o de que ningún gran maestro quisiera echar una mirada a sus dramas líricos.
La mezquita la debo á mis condiscipulo D. Mariano Pinós, profesor aventajado en la pintura y no menos en las matemáticas, que enseña con aprovechamiento en la Sociedad Aragonesa.
El se había encerrado con un profesor argentino, jurando á los dioses no volver á la luz hasta poseer esta nueva ciencia, como poseía las otras.
No se sabía éste la lección y se quedó callado, por lo cual, tras breve rato, el amable profesor dijo:--el otro, con idéntico resultado.
--Llega usted muy tarde--me dijo uno de mis amigos, un profesor de Derecho, abonado de la Opera, que se muestre tan alegre por la noche como erudito por la mañana.
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