realizar un ensayo de la relacion que existe entre ciudadania (derechos y obligaciones) y el uso de las telecomunicaciones en la actualidad lo necesito que sea largo que alcanze como minimo cuatro hojas y si no les alcanza el contenido busquen imagenes acerca del tema que estoy preguntando y si no saben no respondan. es de etica y valores
Respuestas
Respuesta:
aquie esta espero que ayude (en los cometarios te dejo la otra parte)
Explicación:
El concepto de ciudadanía presenta contradicciones internas cuando se atiende a su definición legal. No es un tema menor si consideramos los problemas que enfrentan millones de personas al concentrarse delante de las fronteras de Europa occidental y al Sur de Estados Unidos.
Me preocupa especialmente la asociación que se hace, desde la modernidad, entre ciudadanía, nacionalidad y derechos. Este vínculo está fuertemente atado no a la noción de inclusión, sino a la de exclusión.
Aunque, en efecto, es muy difícil imaginar una ciudadanía que no comporte una dimensión colectiva —lo que precisamente señala la noción de “comunidad de ciudadanos”, a la que se refieren los derechos y las obligaciones— no es inevitable que la comunidad se defina como nación, o nacionalidad, definición impuesta en la modernidad.
La identificación de la comunidad de ciudadanos con la nación no únicamente la somete a la soberanía del Estado, sino que introduce un dilema en materia de exclusión e inclusión. En la actualidad, las discriminaciones “internas” (por ejemplo, de sexo o de raza) permanecen —no sin luchas, naturalmente—, aunque parecen cada vez más contradictorias con el principio de igualdad de derechos inherente a la ciudadanía “universalista” moderna. Por el contrario, las discriminaciones “externas” (entre “nacionales” y “extranjeros”) parecen inevitables y justificadas por el principio de comunidad mismo. Sin embargo, la “frontera” entre los ciudadanos y quienes no lo son se manifiesta más y más de manera inestable y arbitraria en una época de grandes migraciones poscoloniales y de globalización.
El concepto de ciudadanía
Ciudadanía es un concepto de múltiples dimensiones. Tiene, sin duda, una dimensión legal, pero también constituye un ideal político igualitario y una referencia normativa para las lealtades colectivas. Implica, en principio, una relación de pertenencia con una determinada politeia (es decir, comunidad política), una relación asegurada en términos jurídicos y también denota una forma de participación en los asuntos públicos. De manera que bien podemos afirmar que se trata, por un lado, de una condición de status y, por otro, de una práctica política.
Un texto canónico sobre ciudadanía es el de Thomas Humprey Marshall, Ciudadanía y clase social, publicado en 1950 (Marshall y Bottomore, 1998, p. 37). He aquí su ya clásica definición:
La ciudadanía es aquel estatus que se concede a los miembros de pleno derecho de una comunidad. Todo el que lo posee disfruta de igualdad tanto en los derechos como en las obligaciones que impone la propia concesión.”
La ciudadanía equivale, pues, al status legal que recoge los derechos que el individuo puede hacer valer frente al Estado. En la concepción de Marshall, los derechos sociales serían aquellos que posibilitan que los sujetos más desfavorecidos se integren en la corriente principal de la sociedad y ejerzan plenamente sus derechos civiles y políticos.
Nótese entonces que, en esta definición, el concepto de ciudadanía queda reducido a su dimensión legal. Sin embargo, como defenderé, es importante entenderlo también como un ideal político igualitario y como una referencia normativa para las lealtades colectivas.
En el debate sobre la ciudadanía, confluyen y se enfrentan al menos dos lenguajes políticos diferentes: bien como “condición legal” (la plena pertenencia a una comunidad política particular), asunto del que se ha ocupado en extenso el liberalismo, o bien como “actividad deseable” (vinculada a la participación en el destino de la comunidad política), tema más cercano a las preocupaciones del republicanismo.
Para los liberales, la ciudadanía representaría el estatuto jurídico que sirve de soporte para los derechos que puede disfrutar un individuo. Por su parte, en la acepción republicana, la ciudadanía gira en torno al asunto de las virtudes públicas; en otras palabras, el concepto de ciudadanía se cifra en un discurso sobre las virtudes del buen ciudadano, definidas éstas como un conjunto de predisposiciones hacia la participación en los asuntos de vida en común.
Desde esta última perspectiva, se identifica con el autocontrol democrático, es decir, con la capacidad de autogobierno de los sujetos mediante la participación en la esfera pública. Tal capacidad, como explicaré más adelante, se vincula con la noción de identidad cívica.
Marshall no imaginaba cuántas confusiones se originarían cuando en 1950 dio a conocer su definición de ciudadanía. Ella asoció al status de ciudadano el conjunto de derechos que desde la Revolución Francesa se atribuyen a las personas. De este modo, se asimiló el status de la ciudadanía política al status de la personalidad jurídica.
Conclusión
Si aspiramos evitar las internas contradicciones a las que nos conduce la definición jurídica de la ciudadanía, debemos entenderla como un principio de articulación de la vida pública. Dicho principio tiene en su seno una profunda exigencia moral.