• Asignatura: Historia
  • Autor: elsitarb1
  • hace 6 años

Cuales eran los pensamientos de san mrtin sobre la patria

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Respuesta dada por: jhannykarolinaclaroc
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Respuesta:                          sus frases eran

"Mi sable nunca saldrá de la vaina por opiniones políticas".

"Una derrota peleada vale más que una victoria casual".

"La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien".

"Cuando la Patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla".

La seguridad de los pueblos a mi mando es el más sagrado de mis deberes (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 26 de enero de 1815, t. II, p. 232).

Mi vida es lo menos reservado que poseo; la he consagrado a vuestra seguridad; la perderé con placer por tan digno objeto (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 1 de octubre de 1815, t. II, p. 253).  

Primero es ser que obrar. Las armas nos dan por ahora la existencia. Asegurada ésta por los esfuerzos militares, podremos entonces dedicarnos al interesante cultivo de las letras (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 30 de diciembre de 1815, t. II, p. 280).

Es cierto que tenemos que sufrir escasez de dinero, paralización del comercio y la agricultura, arrostrar trabajos y ser superiores a todo género de fatigas y privaciones; pero todo es menos que volver a uncir el yugo pesado e ignominioso de la esclavitud (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 31 de marzo de 1815, t. II, p. 404).

No perdonaré sacrificio que conduzca al restablecimiento de nuestras pasadas desgracias, siguiendo constantemente las huellas de dignidad y de prudencia que ha dejado estampadas en su marcha gloriosa el pueblo, cuyos solemnes votos me han constituído (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 20 de mayo de 1815, t. II, p. 417).

La unión y la confraternidad, tales serán los sentimientos que hayan de nivelar mi conducta pública cuando se trate de la dicha y de los intereses de los otros pueblos (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 20 de mayo de 1815, t. II, p. 417).

El genio del orden y el acierto presiden las deliberaciones del pueblo de Mendoza (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 10 de enero de 1817, t. II, p. 528).

La moderación y la buena fe, tales los fundamentos sobre los que apoyo mis esperanzas de ver estrechados los vínculos sagrados que nos unen, y de no aventurar un solo paso que pueda romperlos o debilitarlos (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 20 de mayo de 1815, t. II, p. 417).

Mis necesidades están más que suficientemente atendidas con la mitad del sueldo que gozo (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 22 de noviembre de 1815, t. II, p. 462).

Si es un deber de los magistrados para conservar la tranquilidad pública, separar de entre los buenos ciudadanos a los que por su interés particular, o por su error de ideas atentan contra los derechos de los demás; no es menos dispensarles su protección, si arrepentidos exigen indulgencia (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 13 de marzo de 1816, t. II, p. 496).

Las cárceles no son un castigo sino el depósito que asegura al que deba recibirlo. Y ya que las nuestras, por la educación, están muy lejos de equipararse a la policía admirable que brilla en los otros países cultos, hagamos lo posible para llegar a imitarles (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 25 de marzo de 1816, t. II, p. 499).

Conozca el mundo que el genio americano abjura con horror los crueles hábitos de sus antiguos opresores, y que el nuevo aire de libertad que empieza a respirarse, extiende su benigno influjo a todas las clases del Estado (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 25 de marzo de 1816, t. II, p. 499).

Lo que no me deja dormir es no la oposición que puedan oponer los enemigos sino el atravesar estos inmensos montes (Archivo General de la Nación: Carta al general Guido, 14 de junio de 1816, Legajo Nº 1, S. VII, C. 2, A 5, Nº 13).

Mi existencia la sacrificaría antes que echar una mancha sobre mi vida pública, que se pudiera interpretar por ambición (Archivo General de la Nación: Carta al general Guido, 24 de abril de 1819, Legajo Nº 1, S. VII, C. 2, A 5, Nº 13).

Toda conmoción popular tiene tres tiempos difíciles. En los momentos antes de la ejecución se suele pecar por imprudencia, en el acto de la ejecución por debilidad, y en los momentos posteriores por nimia o necia confianza. Por consiguiente, es fácil advertir que jamás deben dirigir un plan de revolución sino las personas más precisas y decididas, siendo el secreto su único misterio (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Santiago, 1 de enero de 1819, t. VII, p. 164).

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