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Respuesta:
En el acto que se llevó a cabo en dicha comisaría habló el ministro del Interior, Francisco de Vargas, quien dijo que durante la dictadura, “en la comisaría 3ª muchos han estado privados de su libertad injustamente y muchas han sufrido los peores vejámenes”. No, señor ministro, no “fueron muchos” los que estuvieron privados injustamente de su libertad. Fueron todos, sin excepción alguna y todos sufrieron el peor vejamen que puede sufrir un ser humano: ser privado de su libertad por tener una línea de pensamiento que no coincide con la del tirano. La tortura no es un vejamen: es un delito, el peor delito que se pueda cometer y que la comunidad internacional lo ha entendido así sentando una actitud sin precedentes: el delito de tortura no prescribe y no rigen para él los principios de la extraterritorialidad. El torturador puede ser apresado allí donde se encuentre y ser juzgado de acuerdo a las leyes de ese país no importa que sea el sitio donde se cometió el delito o no.
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