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Explicación:Los picos nevados de la Sierra de Santa Marta, según el Ministerio de Ambiente, podrían desaparecer en 20 años. La pérdida de nieve de la Sierra se calcula en 75,2 kilómetros. Le quedarían, siendo optimistas, 7,2 kilómetros de terreno glaciar. Este anuncio ha causado preocupación no solo por el impacto en el paisaje natural del país, sino por lo que significaría en términos económicos, sociales y ambientales.
La Sierra Nevada de Santa Marta es reconocida por la Unesco como reserva de la biosfera y patrimonio de la humanidad; es el macizo litoral más alto del mundo.
Además, es considerada como una “fábrica natural de agua”, teniendo en cuenta que, de acuerdo con el Ideam, “las masas de hielo sobre la superficie permitieron, entre muchos otros componentes de la alta montaña, la formación de lagunas y humedales. Estos cuerpos de agua son grandes reservorios hídricos que captan el agua de las lluvias y de la escorrentía superficial”.
El problema de la Sierra refleja el de otros glaciares en Colombia. No es solo este territorio el que está en el radar de las entidades ambientales. Son seis glaciares en el país que al paso de los años han sufrido pérdida de nieve (ver infografía).
Cambio climático
Lo que está sucediendo, según Jorge Luis Ceballos Liévano, analista de los glaciares en Colombia y profesional especializado del Ideam, no es nada nuevo: “los seis actuales nevados o glaciares colombianos se encuentran en un constante derretimiento producto del actual cambio climático. Es un proceso que se viene presentando desde finales del siglo 19, pero se acentuó a nivel mundial desde mediados de la década de los años 70 del siglo pasado. Es un proceso que afecta a todos los glaciares del mundo”.
Hasta hace pocos años, Ricardo Lozano, exdirector del Ideam, estuvo al frente de las investigaciones relacionadas con glaciares. De acuerdo con él, “aproximadamente cada año se pierde el 3% de masa glaciar. Con el fenómeno de El Niño, que genera altas temperaturas y pérdida de precipitación, se acelera la pérdida de glaciares y nevados. Con estos elementos, sería posible que para 2045 no existieran glaciares en Colombia”.
Existen algunos glaciares que se han visto afectados por otros fenómenos distintos al cambio climático. El caso del Nevado del Ruiz, por ejemplo, está marcado por una reactivación volcánica que se presenta desde 2012. En este nevado y el del Huila (que también está activo desde 2007), según Ceballos, no solo se acelera el derretimiento sino que genera amenaza por avalanchas de lodo tipo Lahar como el de Armero de 1985”.
La importancia de los glaciares va más allá del paisaje, reitera Constanza Ricaurte, coordinadora del programa de Geociencias del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar). “Las zonas nevadas, por decirlo de una manera, reflejan la luz solar y hacen que se caliente menos el planeta. Con la disminución en la cobertura de hielo absorbemos más calor. Además, los glaciares aportan agua en las zonas bajas, a fuentes hídricas supremamente importantes”.
Los glaciares naturales no están desprotegidos. Aunque han venido reduciendo su tamaño, son sistemas naturales protegidos por la figura de Parques Nacionales Naturales. El Ideam, de otro lado, es la entidad encargada de estudiarlos. Aunque en los últimos años no han desaparecido glaciares, “lo que sucede es que se fragmentan o se dividen en pequeños glaciares en la medida que se funden. Es el caso de la Sierra Nevada de El Cocuy o Güicán, que ya no es una sierra nevada, es decir, no es una masa continua de hielo, son fragmentos de glaciares. Según las tendencias del clima actual, en el transcurso de las próximas tres décadas se extinguirían los nevados en Colombia. Pero este dato debe llamar particularmente la atención en que no es importante cuándo se extinguen, lo importante es qué vamos hacer durante su extinción y que el cambio climático afecta de manera especial al sistema de alta montaña”, explica Ceballos.
Los cálculos del Ideam indican que los glaciares pequeños y bajos en latitud son los más susceptibles a la extinción. El Santa Isabel, dicen los analistas de la entidad, “ es quizás uno de los primeros en extinguirse”. Lo preocupante es que “las cifras son similares en todos los países. Se ha perdido la mitad de la masa glaciar en los últimos 50 años”.
Proteger los páramos
Un punto de partida para disminuir los efectos del cambio climático en los nevados del país es protegiendo los páramos. En este punto es enfático Lozano: “el nevado forma parte de un ecosistema de alta montaña en el que hacen parte los glaciares, los páramos, los bosques altoandinos. En la medida en que uno proteja áreas del ecosistema, el impacto en los nevados va a ser menor”.