Respuestas
Respuesta:
Por mucho que nos cueste reconocerlo, la traducción, además de un arte, es una forma de vivir. Y para ello, hay que producir, ya sea de forma autónoma o en una empresa. Pero producir más no significa ser buen traductor, al menos desde el punto de vista de la calidad del texto meta.
Es normal que si traducimos rápido cometamos fallos que no se originaría si fuéramos a un ritmo más lento, pero desgraciadamente hoy en día los clientes suelen apretarnos bastante las tuercas y no hay tiempo para comprobar todo como a nosotros nos gustaría. Sin embargo, lejos de que esto repercute considerablemente en la calidad de nuestro texto, lo que tiene que hacernos es ponernos las pilas y aumentar nuestra agilidad mental.
Explicación:
Durante la carrera de Traducción e Interpretación nos mal acostumbran con encargos en grupo que no superan las 1.000 palabras (más bien rondan las 500) y, aunque los textos breves son útiles para usarlos como herramienta pedagógica para adquirir destrezas de traducción, en último curso el nivel de exigencia debería aumentar para que los alumnos sepan enfrentarse al mercado laboral.