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Respuesta: El Vaticano entró en pánico en 1947, cuando se iniciaron los estudios de los cientos de manuscritos de contexto religioso encontrados en unas cuevas en las proximidades del mar Muerto en la localidad de Qumrán (Cisjordania) pertenecientes a la secta religiosa de los esenios. Muchos de ellos habían sido escritos en los dos primeros siglos del cristianismo. El miedo de la Iglesia era que Jesús podía haber sido el fundador de la secta de los esenios, llamado el Maestro de justicia, lo que hacía tambalearse la originalidad del cristianismo.
Se temió que el cristianismo pudiera haber sido solo la continuidad histórica de la comunidad de los esenios. Los ánimos se fueron calmando en la medida en que iban siendo traducidos los manuscritos en hebreo, arameo y griego y apareció que eran la transcripción para la comunidad de libros enteros de la Biblia, de discusiones teológicas y de reglas de los monjes.