AYUDA X FA
1. Realizar un pequeño relato (de 5 a 8 reglones) pasándolo por estos 3 tipos de narrador: narrador primera persona, tercera persona y omnisciente.
Respuestas
Respuesta:
. Tipo de narrador protagonista
Descrito en primera persona y también conocido como «narrador personaje», es fácil de identificar porque la voz que cuenta la historia es el personaje principal y se sitúa en el centro de la acción. La principal característica reside en que, al formar parte de la historia, su punto de vista sobre los hechos es limitado y subjetivo. Este tipo de narrador aporta credibilidad, ya que permite que el lector lo perciba como alguien real y cercano, alguien que le habla directamente y con el que camina de la mano a través de los acontecimientos. Como personaje que es, debemos construirlo en función de su psicología, expresándose, actuando y opinando en función de esta. Sin olvidar el resultado que queremos hacer llegar al lector: empatía, odio, complicidad, etc.
El narrador protagonista se encuentra a menudo en el género noir, pero también es común en los diarios, las biografías o el monólogo interior. Editar un libro con este tiempo es complejo. En novela, algunos ejemplos son Los juegos del hambre, de Suzanne Collins; El largo adiós, de Raymond Chandler; El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.
2. Narrador en segunda persona
Aunque, dentro de la clasificación de los distintos tipos de textos o tipos de narrador, este haya caído practicamente en el olvido, su uso común se centra en los blogs o en el género epistolar (cartas y similares). Si lo que quieres es hacer partícipe de la historia al lector y convertirlo en protagonista, este es el tipo de narrador idóneo. Ahora bien, para trasladar a tu público hasta ese punto, es de suma importancia describir los hechos, los lugares y las atmósferas a la perfección, así como adelantarte a sus posibles reacciones y saber qué sentimientos vas a despertar en él. El lector tiene que crear ese mundo en su mente como si fuera real. Emplea el tiempo presente para captar su atención y que experimente lo que se está narrando, como si fuera un actor que se dispone a interpretar una obra.
Este narrador quizá sea el más difícil de construir, puesto que, si no se hace con extremo cuidado, puede confundir al lector. Pero si consideras que tu relato necesita de una voz tan concreta como esta, no dudes en elegirlo. Ejemplos: El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald; Aura, de Carlos Fuentes; Querido John, Nicholas Sparks.
3. Narrador testigo
Como su nombre indica, el que cuenta la historia es un testigo que nos narra los hechos en primera o tercera persona. No se trata del protagonista, sino de un personaje que ha presenciado lo ocurrido y nos lo relata desde un punto de vista concreto, limitado, con pocas o ninguna referencia a sí mismo. Como máximo, puede facilitarnos su punto de vista, pero no hace juicios de valor. Es un narrador-observador que puede integrarse en la acción u presenciarla desde fuera para contar los hechos de una manera más o menos objetiva, atendiendo a lo que el presenció. De esta forma, debemos otorgarle un lenguaje personalizado según sus características, no hacer que su narración sea un mero informe. Según la forma en que nos presente la información, podemos dividirle en tres categorías.
Testigo impersonal. Su mirada se asemeja a una cámara de cine, es decir, se limita a narrar lo que está sucediendo. Por esta razón, lo habitual es que aparezca en tiempo presente.
Testigo presencial. Sirve para contar un acontecimiento o vivencia que se presenció en el pasado.
Informante. Los hechos se presentan a modo de crónica o informe, como si se tratase de un documento auténtico.
Ejemplos del narrador testigo son: La colmena, de Camilo José Cela; las novelas de Sherlock Holmes, en las que Watson nos narra las peripecias del inmortal detective; o El capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte.
4. Narrador equisciente
Con frecuencia, este narrador se confunde con el omnisciente, pero su punto de vista es distinto. El narrador equisciente sigue los pensamientos y motivaciones de un único personaje de la historia, exponiendo y revelando lo que le ocurre de una manera objetiva. Está atado su visión. Por lo tanto, su mirada está limitada y no puede saber qué opinan los demás, solo hacer apreciaciones subjetivas y suposiciones sobre los mismos.
Este narrador nos proporciona múltiples perspectivas sin perder verosimilitud y credibilidad, ya que, aunque no es un actor de la historia, las opiniones y reflexiones se identifican con los del personaje al que sigue. Y este hecho, a su vez, acerca al lector haciéndole empatizar. Es perfecto para introducir el elemento sorpresa en nuestro relato.
Un claro ejemplo de este tipo de narrador lo encontramos en los relatos detectivescos, como los de Agatha Christie.
5. Narrador omnisciente
El narrador omnisciente es aquel que sabe y conoce toda la información sobre los personajes y las tramas. Tiene el poder de anticiparse a los acontecimientos, de suponer, de juzgar y de revelarnos cómo se sienten los personajes. Construido en tercera persona, no se trata de un personaje del relato,
Explicación: