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Respuesta:El sí de las niñas es una elegante obra escrita en prosa que pertenece a la comedia neoclásica. En ella se representan actos de la vida cotidiana llevados a cabo por personajes comunes como los burgueses y sus criados y se vale de ellos para criticar ciertos aspectos de la sociedad de ese tiempo con el fin de superarlos. Esto quiere decir que la finalidad es fundamentalmente didáctica, y por tanto la obra necesita ser clara y con un vocabulario asequible para que pueda ser entendida por toda la población.
En El sí de las niñas se tratan diversos temas como la libertad de elección en el matrimonio, relacionado con la igualdad de edad que debe haber entre los cónyuges. También se percibe una clara desigualdad entre sexos, habiendo mucha distinción entre el comportamiento de los hombres y el de las mujeres, cuyos derechos no eran los mismos. Asimismo, aborda los temas de la hipocresía y de la religión malentendida (claramente patentes en la personalidad del personaje de doña Irene).
Los personajes que aparecen en El sí de las niñas se ajustan, como no podía ser de otra forma, a la perspectiva neoclásica. A causa de la necesidad de que la obra pueda ser comprendida por todo el mundo, esta solo goza de siete personajes, y tan solo tres o cuatro de ellos actuarán al mismo tiempo. Además, cabe destacar que las categorías en las que podríamos dividir a los personajes están bastante equilibradas (cuatro burgueses-tres criados; cuatro jóvenes-tres adultos; cuatro hombres-tres mujeres).
En cuanto a las tres unidades dramáticas (espacio, tiempo y acción), Leandro Fernández de Moratín las respeta con rigurosidad. Únicamente hay un espacio en el que ocurre toda la acción (distribuidor de la posada), el tiempo en el que esta transcurre es muy reducido (toda la obra representa una sola noche, pero además es casi a tiempo real, saltándose los momentos sin acción y recreándose en los que realmente está sucediendo algo) y hay una sola acción que no se intercala con otras para que no haya posibilidad de confusión en el receptor y pueda comprender la obra por completo.
Por lo que se refiere al lenguaje, este es sin duda decoroso, respondiendo a las dos acepciones de esta palabra. Por un lado, cada personaje utiliza un lenguaje de acuerdo con su condición (burgués-criado, joven-adulto). Igualmente, el lenguaje de los personajes muestra elegancia y modestia, características que quedan patentes también en su vestuario.
En definitiva, todas estas características responden al esquema de la comedia neoclásica, género cultivado en el siglo XVIII con el fin de enseñar y demostrar ciertos aspectos de la vida a la población a través de la literatura y que surgió por la serie de sucesos y características que se dieron en esa época.