Necesito hacer una obra de titeres sobre los esclavoss y los reyes porfa necesito un texto para se obra aporfa que sea entendible y resumido y no tan largooo Rapidooo Se los pidooo!!!!!!!!!
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0
LOS
CIEGOS Y EL ELEFANTE
Personajes:
Niño
Ciego 1
Ciego 2
Ciego 3
Ciego 4
Ciego 5
Ciego 6
Guía Cuento islámico Escenografía Una ciudad árabe. Ideas para la Representación Los muñecos pueden ser de funda o de varilla. Si son de funda, un actor puede manejar dos títeres al mismo tiempo (aunque es algo cansado). Si son de varilla, sólo un títere a la vez. La ventaja de esta última forma es que se ve más claro el movimiento de los ciegos al tocar el elefante. El elefante puede hacerse de cartón recortado, con articulaciones o sin ellas y sostenerse con una o dos tiras de madera pegadas por atrás para moverlo en escena. Si alguno de ustedes toca un instrumento musical, se pone a tocar atrás del teatrito mientras un ciego hace como que toca el mismo instrumento. Los ciegos deben de llevar bastones amarrados (y movibles) a una mano. Cuando los ciegos se golpean, tengan cuidado de no destruir los títeres, solamente den la idea de que se pegan. Esta obra pueden representarla ustedes en teatro si se atreven a inventar un elefante grande. El niño entra a escena corriendo. Niño
Grita ¡Un elefante! Vengan a verlo, ya viene, va a pasar por esta calle. Salgan todos, vengan a ver al elefante... Va saliendo... ¡Un elefante!... Los seis ciegos van entrando despacio a escena con sus bastones. Ciego uno Yo no sé cómo es un elefante. Ciego dos Yo tampoco lo conozco. Ciego tres Ni yo. Ciego cuatro Me gustaría saber cómo es un elefante. Ciego cinco Esperaremos a que pase por aquí y podremos tocarlo. Ciego seis Lo tocaremos con las manos. Nuestros dedos son nuestros ojos. Guía
Entra con el elefante Abran paso, señores, dejen pasar a este gran elefante... no les vaya a pisar un callo. Ciego uno
Avanzando Buen hombre, deja a estos pobres ciegos tocar a tu elefante. Queremos conocerlo. Guía Está bien, acérquense uno por uno. Es mansito, no le tengan miedo. Es bueno. Regresa a su lugar Ciego uno
Avanza y toca el cuerpo del elefante Ummmmm... ya me doy cuenta: el elefante es igual a una pared no muy lisa. Ciego dos
Se acerca y le toca una pata No, no es cierto lo que dices. El elefante es igualito a un árbol. Vuelve a su lugar Ciego tres
Le toca un colmillo ¡Mentira y mentira! Mis manos me dicen claramente que el elefante es muy parecido a una lanza. Regresa a su lugar Ciego cuatro
Le toca una oreja Ustedes están completamente equivocados. Yo también lo toqué y estoy seguro de que es como un abanico, y mis dedos no me engañan. Vuelve a su lugar Ciego cinco
Le toca la trompa Pues a mi no me engaña nadie; estoy seguro de que el elefante es parecido a una serpiente. Vuelve a su lugar Ciego seis
Le toca la cola ¡Ninguno de ustedes sabe cómo es el elefante! Yo opino que es como una cuerda que sirve para amarrar bultos. Regresa a su lugar. Todos se agitan Ciego uno ¿Cómo te atreves a insultar de esa manera? Estoy seguro de que es una pared. Ciego dos Les digo que es un árbol. Ciego cinco ¡No! ¡Es una serpiente! Ciego tres ¡Qué serpiente ni qué nada! ¡Estoy seguro de que es una lanza! Ciego cuatro ¡Mentira! Es un abanico. Ciego seis
Grita ¡Es una cuerda, una cuerda! Todos tratan de pegar a los demás pero no siempre atinan. Se hace una gran confusión y todos hablan al mismo tiempo. Todos en desorden: A mí nadie me contradice... ¡Toma!... Ay, ay... pero si yo tengo razón... Es una cuerda... Es una pared... Una lanza, una lanza... No, un abanico, te digo que un abanico... Un árbol, es un árbol... ¿Quién me pegó? ¡Ay mi espalda! Guía
Lucha por separarlos y esquiva los golpes ¡Calma, calma! ¡Ya esténse quietos!... oigan... escuchen... atiendan... Yo les explicaré todo. Se va haciendo poco a poco el silencio. Todos resuellan, se quejan. Todos creen tener razón, pero ninguno la tiene. ¿Saben por qué? Todos ¿Por qué? ¿Por qué? Se sube sobre el elefante Guía Porque cada uno de ustedes tocó una parte del elefante. El que tocó el cuerpo pensó que era una pared. El que tocó la pierna creyó que era como un árbol. El que tocó uno de los colmillos se imaginó una lanza. El que alcanzó a tocar la oreja se figuró un abanico. El que tocó la trompa se acordó de la serpiente y el más chaparrito, que sólo alcanzó a tocar la cola, estaba seguro de que el elefante era como una cuerda. Ciego cinco Ahora entiendo. Sí, eso fue lo que pasó y nos enojamos mucho. Guía Se enojaron tanto que hasta de palos se dieron. Ciego uno Nos portamos como tontos. Ciego dos En lugar de pensar, nos pusimos tercos. Ciego tres . . . Y furiosos. Ciego cuatro En lugar de tratar de entendernos. Ciego cinco Porque todos teníamos un poco de razón. Ciego seis Pero ninguno tenía la razón. Guía Claro, para conocer la verdad hay que conocer todas sus partes. Ciego uno Te damos las gracias, y también al elefante, por habernos enseñado que es mejor ponerse de acuerdo y tratar de conocer toda la verdad. Ciego dos Seamos amigos de nuevo. Ciego tres Conozcamos bien al elefante. Todos van circulando alrededor del elefante tocándolo.
Niño
Ciego 1
Ciego 2
Ciego 3
Ciego 4
Ciego 5
Ciego 6
Guía Cuento islámico Escenografía Una ciudad árabe. Ideas para la Representación Los muñecos pueden ser de funda o de varilla. Si son de funda, un actor puede manejar dos títeres al mismo tiempo (aunque es algo cansado). Si son de varilla, sólo un títere a la vez. La ventaja de esta última forma es que se ve más claro el movimiento de los ciegos al tocar el elefante. El elefante puede hacerse de cartón recortado, con articulaciones o sin ellas y sostenerse con una o dos tiras de madera pegadas por atrás para moverlo en escena. Si alguno de ustedes toca un instrumento musical, se pone a tocar atrás del teatrito mientras un ciego hace como que toca el mismo instrumento. Los ciegos deben de llevar bastones amarrados (y movibles) a una mano. Cuando los ciegos se golpean, tengan cuidado de no destruir los títeres, solamente den la idea de que se pegan. Esta obra pueden representarla ustedes en teatro si se atreven a inventar un elefante grande. El niño entra a escena corriendo. Niño
Grita ¡Un elefante! Vengan a verlo, ya viene, va a pasar por esta calle. Salgan todos, vengan a ver al elefante... Va saliendo... ¡Un elefante!... Los seis ciegos van entrando despacio a escena con sus bastones. Ciego uno Yo no sé cómo es un elefante. Ciego dos Yo tampoco lo conozco. Ciego tres Ni yo. Ciego cuatro Me gustaría saber cómo es un elefante. Ciego cinco Esperaremos a que pase por aquí y podremos tocarlo. Ciego seis Lo tocaremos con las manos. Nuestros dedos son nuestros ojos. Guía
Entra con el elefante Abran paso, señores, dejen pasar a este gran elefante... no les vaya a pisar un callo. Ciego uno
Avanzando Buen hombre, deja a estos pobres ciegos tocar a tu elefante. Queremos conocerlo. Guía Está bien, acérquense uno por uno. Es mansito, no le tengan miedo. Es bueno. Regresa a su lugar Ciego uno
Avanza y toca el cuerpo del elefante Ummmmm... ya me doy cuenta: el elefante es igual a una pared no muy lisa. Ciego dos
Se acerca y le toca una pata No, no es cierto lo que dices. El elefante es igualito a un árbol. Vuelve a su lugar Ciego tres
Le toca un colmillo ¡Mentira y mentira! Mis manos me dicen claramente que el elefante es muy parecido a una lanza. Regresa a su lugar Ciego cuatro
Le toca una oreja Ustedes están completamente equivocados. Yo también lo toqué y estoy seguro de que es como un abanico, y mis dedos no me engañan. Vuelve a su lugar Ciego cinco
Le toca la trompa Pues a mi no me engaña nadie; estoy seguro de que el elefante es parecido a una serpiente. Vuelve a su lugar Ciego seis
Le toca la cola ¡Ninguno de ustedes sabe cómo es el elefante! Yo opino que es como una cuerda que sirve para amarrar bultos. Regresa a su lugar. Todos se agitan Ciego uno ¿Cómo te atreves a insultar de esa manera? Estoy seguro de que es una pared. Ciego dos Les digo que es un árbol. Ciego cinco ¡No! ¡Es una serpiente! Ciego tres ¡Qué serpiente ni qué nada! ¡Estoy seguro de que es una lanza! Ciego cuatro ¡Mentira! Es un abanico. Ciego seis
Grita ¡Es una cuerda, una cuerda! Todos tratan de pegar a los demás pero no siempre atinan. Se hace una gran confusión y todos hablan al mismo tiempo. Todos en desorden: A mí nadie me contradice... ¡Toma!... Ay, ay... pero si yo tengo razón... Es una cuerda... Es una pared... Una lanza, una lanza... No, un abanico, te digo que un abanico... Un árbol, es un árbol... ¿Quién me pegó? ¡Ay mi espalda! Guía
Lucha por separarlos y esquiva los golpes ¡Calma, calma! ¡Ya esténse quietos!... oigan... escuchen... atiendan... Yo les explicaré todo. Se va haciendo poco a poco el silencio. Todos resuellan, se quejan. Todos creen tener razón, pero ninguno la tiene. ¿Saben por qué? Todos ¿Por qué? ¿Por qué? Se sube sobre el elefante Guía Porque cada uno de ustedes tocó una parte del elefante. El que tocó el cuerpo pensó que era una pared. El que tocó la pierna creyó que era como un árbol. El que tocó uno de los colmillos se imaginó una lanza. El que alcanzó a tocar la oreja se figuró un abanico. El que tocó la trompa se acordó de la serpiente y el más chaparrito, que sólo alcanzó a tocar la cola, estaba seguro de que el elefante era como una cuerda. Ciego cinco Ahora entiendo. Sí, eso fue lo que pasó y nos enojamos mucho. Guía Se enojaron tanto que hasta de palos se dieron. Ciego uno Nos portamos como tontos. Ciego dos En lugar de pensar, nos pusimos tercos. Ciego tres . . . Y furiosos. Ciego cuatro En lugar de tratar de entendernos. Ciego cinco Porque todos teníamos un poco de razón. Ciego seis Pero ninguno tenía la razón. Guía Claro, para conocer la verdad hay que conocer todas sus partes. Ciego uno Te damos las gracias, y también al elefante, por habernos enseñado que es mejor ponerse de acuerdo y tratar de conocer toda la verdad. Ciego dos Seamos amigos de nuevo. Ciego tres Conozcamos bien al elefante. Todos van circulando alrededor del elefante tocándolo.
leinylu:
oye era sobre losa esclavos
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