Explica cómo se transmiten los rasgos de una generación a otra a partir del desarrollo de un modelo científico basado en las leyes de Mendel
Respuestas
Respuesta:
Las tres leyes de Mendel han sido para la biología lo que en su día fueron las leyes de Newton para la física clásica.
¿Por qué el hijo se parece a la madre en ciertos rasgos y al padre en otros? ¿Por qué ciertos caracteres parecen saltar de una generación y el niño se parece más a su abuelo que a su padre? Preguntas similares han sido desde épocas remotas de una gran importancia práctica para los criadores de plantas y animales que intentaban obtener variedades con ciertas características beneficiosas para el ser humano.
Charles Robert Darwin, en su extraordinaria teoría de la evolución, nunca pudo explicar empíricamente los mecanismos de la herencia. Darwin apoyaba la «pangénesis«, un concepto que propone que las características de cada uno de los progenitores se fusionan en la descendencia, sin embargo, estaba tan equivocado como la teoría. Quién podría imaginar que un monje austriaco de su misma época forjaría la solución en la huerta de su abadía (Abadía de Santo Tomás de Brno, República Checa).
Mendel
Gregor Mendel
A mitad del siglo XIX, Gregor Johann Mendel comenzó a experimentar con guisantes ¿Por qué con alverjas? Porque son especies:
Fáciles de conseguir y cultivar
De rápido crecimiento.
Transmiten fielmente sus genes a las generaciones sucesoras.
Como resultado a sus estudios, formuló una serie de principios que constituyen actualmente la base de la genética moderna.
A continuación veremos brevemente en qué consisten sus tres leyes de la herencia¹.
(*) NOTA: El número de leyes difiere de unos libros a otros, en los que algunos autores unen las dos primeras leyes en una sola.
2. LAS TRES LEYES DE MENDEL RESUMIDAS
2.1. Primera Ley: Principio de uniformidad
«Al cruzar dos razas puras, la descendencia será heterocigótica y dominante».
Para descubrir este principio, Mendel cruzó guisantes de color amarillo (color dominante) con una especie más escasa de guisantes verdes (recesivo). El resultado de este cruce, generó una descendencia 100 % amarilla:
Primera ley de Mendel
Figura 1. Primera ley de Mendel
Aunque observamos efectivamente que se ha producido una mezcla genética entre los progenitores (Aa), la generación F1 ha salido amarilla. Esto es debido a la dominancia del alelo «A» (amarillo) respecto al alelo «a» (verde). Cuando ambos están juntos, solo se manifiesta el dominante.
2.2. Segunda Ley: Principio de distribución independiente
«Al cruzar dos razas híbridas, la descendencia será homocigótica e híbrida al 50 %».
Con una gran intuición científica, Mendel cogió los guisantes de la generación F1 (del experimento anterior) y los cruzo entre sí.
Segunda ley de Mendel
Figura 2. Segunda ley de Mendel
Para su sorpresa, el 25% de la descendencia de esos guisantes amarillos ¡fueron verdes! Por esta razón, aunque dos miembros de una pareja tengan los ojos marrones, si ambos guardan un gen recesivo para el color azul, existe un 25 % de posibilidades de que sus hijos hereden ojos azules (como los de sus abuelos).
2.3. Tercera Ley: Principio de la independencia de los caracteres
«Al cruzar varios caracteres, cada uno de ellos se transmite de manera independiente».
Para comprobar este principio Mendel cruzó guisantes amarillos y lisos (dominantes) con guisantes verdes y rugosos (recesivos):
Tercera ley de Mendel
Figura 3. Tercera ley de Mendel (I)
Esa descendencia «AaRr» a su vez se autofecundó para dar lugar a la siguiente generación:
Figura 4. Tercera ley de Mendel (II)
De esta manera, comprobó que las características de los guisantes no interfieren entre sí, y se distribuyen individualmente. De dos guisante amarillos y lisos crecieron:
9 guisantes amarillos y lisos
3 guisantes amarillos y rugosos
3 guisantes verdes y lisos
1 guisante verde y rugoso
3. RECHAZO, IGNORANCIA Y REDESCUBRIMIENTO
En 1865 Mendel presentó su trabajo sobre la herencia ante la Natural History Society de Brünn. Por desgracia fue escasamente estimado, especialmente para Darwin, ya que de haber profundizado en el trabajo de Mendel podría haber consolidado su teoría de la evolución.
Debido a la indiferencia de la comunidad científica y a su nombramiento como abad, en 1868 interrumpió sus investigaciones. Poco tiempo antes de su fallecimiento, en 1884, declaró que algún día el mundo apreciaría su trabajo y si bien no vivió lo suficiente para vivirlo, así fue, siendo considerado hoy el padre de la genética