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es la obtención de órganos de personas vivas o fallecidas mediante coacción, engaño u otra forma de abuso de poder o posición, o bien, es la entrega o recepción de pagos o beneficios por parte de un tercero para obtener el traspaso del control sobre el potencial donante, dirigido a la explotación mediante la extracción de órganos para trasplante.
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Trata de personas para el tráfico de órganos. ¿Realidad o ciencia ficción?
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Trata de personas para el tráfico de órganos. ¿Realidad o ciencia ficción?
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02 Agosto 2017
Una de las formas más desconocidas de trata es aquella que se realiza con el fin de extraer órganos de la persona objeto de explotación para su comercialización. Cuando pensamos en el tráfico de órganos solemos imaginar una película de ciencia ficción. Sin embargo, la información disponible nos devuelve a la realidad para presentarnos uno de los modos más crueles de esclavitud contemporánea.
||Autor Fotografía: Wiki commons
Entre la verdad y la fantasía
Tal como lo menciona el Programa Américas en su nota La trata de personas en las Américas y Chile, la trata es un delito tipificado internacionalmente a través del "Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños", conocido como Protocolo de Palermo, el que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (2003).
Imaginar la trata de personas con fines de explotación sexual, o bien, con el objeto de realizar trabajos forzados o incluso para ejercer la mendicidad, no nos parecen ni tan extraños ni tan lejanos, toda vez que a diario a través de la prensa tomamos conocimiento de situaciones que nos hablan de estas formas de abuso, en el mundo, en la región e incluso en nuestro país.
Sin embargo, pensar en la trata de personas para el tráfico y la comercialización de sus órganos sí que puede parecernos del todo ajeno y hasta sonarnos a ciencia ficción, tal como sucede con el film Medidas Extremas (Extreme Measures, 1996), protagonizada por Gene Hackman y Hugh Grant, en el que un joven médico descubre a través de la desaparición de pacientes que él mismo ha atendido en la sala de urgencias, una organización clandestina dedicada a ofrecer tratamiento a personas que sufren de parálisis, quienes pueden pagar altas sumas de dinero por la extracción de médula ósea de personas indigentes, que no tienen familia que pueda reclamarlos.
No obstante, la realidad supera la ficción y prácticas como éstas, ocurren y quizás en lugares no tan lejanos como lo creemos.
Números y noticias que sorprenden
Durante los últimos años, reportajes en medios de comunicación principalmente escritos, han permitido alertar a la comunidad internacional sobre prácticas que configuran tráfico de órganos y turismo de trasplantes. Si bien, por tratarse de un negocio ilícito, las cifras y los datos pueden no ser lo suficientemente precisos o actualizados, éstos sí permiten hacernos una idea de lo que está pasando.
Según reporta la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que del total de trasplantes que se realizan al año a nivel mundial, entre un 5% y un 10% de los trasplantes proviene del comercio ilegal.
Lo que promueve este cuestionable mercado son múltiples factores que van desde modelos de donación y trasplante deficitarios, hasta altos costos de los sistemas sanitarios, legislaciones débiles o inexistentes y el principal de los problemas: la insuficiencia crónica de órganos ante una demanda en permanente aumento.
Éste es un negocio de intermediarios, donde un captador o broker, pone en contacto a una persona con alto nivel económico que requiere de un órgano con otra, especialmente vulnerable, que necesita de ese dinero y que está dispuesta a disponer de su cuerpo para vender un órgano, sin capacidad para atender responsablemente y con plena conciencia a los importantes riesgos que esa conducta significará para su propia salud.
En efecto, los donantes de este mercado negro no reciben atención ni cuidados médicos posteriores y en la mayoría de los casos ven fuertemente comprometida su capacidad laboral y más aún su salud de manera permanente, según consignan diversos reportajes.
No obstante, para ellos su cuerpo se transforma en el único recurso y en el medio para salir de la pobreza, o al menos, para soñar con superarla. Pues los datos muestran que aún cuando un riñón (el órgano más comerciado) puede alcanzar valores cercanos a los 150.000 euros, el donante acaba recibiendo solo entre un 1% a 10% del precio transado, el resto queda en manos de las bandas que trafican órganos y entre las instituciones y los profesionales que participan de este
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