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arlos Palao
Actualmente vivimos en la era de la información, las tecnologías de la comunicación, el tráfico de datos... Vivimos en una era digital que no sería posible si no existieran unas redes de comunicación invisibles, las telecomunicaciones.
La mayoría de las civilizaciones vive un periodo de incertidumbre causado por la pandemia del COVID-19. En España, la población se ha visto recluida en casa salvo en casos excepcionales como comprar víveres o acudir a trabajar en los casos que no sea posible hacerlo desde casa.
Gracias a las telecomunicaciones es posible que todos podamos conectarnos a Internet casi desde cualquier punto de la península, del continente y del mundo. Gracias a ellas la crisis del coronavirus no será tan crisis.
Invisibles, pero presentes
Contar ahora todas las posibilidades que ofrece Internet podría considerarse algo innecesario. Prácticamente todo el mundo sabe qué es, para qué funciona y cómo se utiliza. Sin embargo, no tantos conocen que se deben a las telecomunicaciones, unas herramientas prácticamente invisibles.
Noelia Miranda, responsable de desarrollo técnico del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT), explica a ComputerWorld: “Las infraestructuras de las telecomunicaciones están soterradas o son invisibles, porque funcionan con campos electromagnéticos. Solo se pueden ver las antenas de las bases de telefonía móvil”.
Las redes móviles, la fibra óptica... están ahí, sustentando gran parte de lo que hacemos hoy en día debido a esa digitalización de la vida cotidiana, pese a que no las veamos: “Todo funciona pero no se sabe muy bien por qué”, explica la experta. Añade: “En España, gracias al despliegue de los operadores, a nivel de fibra óptica y de cobertura de telefonía móvil somos muy fuertes”.
No es necesario, entonces, que haya un colapso de Internet “si se hace un uso racional” de la tecnología.
Un papel fundamental
Durante la crisis que vivimos actualmente a causa del conocido Coronavirus, las telecomunicaciones tienen un rol importante en diferentes ámbitos diarios.
En el plano social, es obvio que cambian la manera las personas de afrontar la cuarentena impuesta tras el Estado de alarma. Sin ir más lejos, este artículo web no podría ser visualizado si no fuera por las telecomunicaciones. “Gracias a las ‘telecos’ puedes tener contacto con familiares, amigos y compañeros mediante videollamadas. Niños y universitarios también pueden acceder a plataformas de telenseñanza y seguir clases en remoto”, cuenta Miranda.
En cuanto a la economía, las telecomunicaciones también juegan un rol decisivo. El Gobierno instó, desde antes incluso del estado de alarma, a que todas las empresas implantaran el teletrabajo (un 88% en todo el mundo lo intenta o lo impone). Esta nueva manera de producir con trabajo remoto, así como las videoconferencias, no sería posible sin las telecomunicaciones. “Muchas empresas posibilitan la flexibilidad laboral que permite el teletrabajo y que no sería posible sin una cierta conectividad de calidad", explica Miranda. "Además, las compras online favorecen a que los centros de producción no se resientan tanto y no se vean obligados a interrumpir su actividad".
Como otros expertos opinan, Miranda añade que habrá cambios en la manera de gestionar las empresas debido al teletrabajo: “Después de que pase esta crisis, creo que las empresas se van a dar cuenta de que siguen funcionando a pesar de no tener un centro de trabajo físico en el que tener a los trabajadores. Eso va a cambiar los modelos de trabajo”. Indica que esto sale mejor para los bolsillos de las organizaciones: “Económicamente es un ahorro de costes. Va a suponer un cambio en el modelo productivo”.
Artilugios heroicos
Todos los héroes tienen sus armas con las que combatir el mal. Hoy más que nunca, los sanitarios son considerados héroes que luchan contra ‘el bicho’. Héroes que, además de sus saberes, se valen de las telecomunicaciones para ejercer su labor vital para muchas personas: “La telemedicina ayuda a monitorear a los pacientes, compartir información y difundirla”.
Miranda cuenta que en otros países se han utilizado herramientas de big data como medida de salud pública. Hay muchos datos de movimientos que se pueden usar (siempre que se respete la privacidad) para conocer si se ha estado próximo a un paciente de coronavirus.
“Pueden usarse servicios de telemedicina para que el sanitario no entre en contacto con el paciente y minimizar riesgos y ahorrar tiempos”, explica.
Amplía que los ciudadanos también se benefician de las telecomunicaciones al haber aparecido aplicaciones como la de Madrid para que los pacientes puedan compartir información y mejorar la efectividad y realización de pruebas de contagio.
“Las telecomunicaciones son algo transversal a todos los sectores”, concluye Noelia Miranda.