• Asignatura: Historia
  • Autor: 61042404
  • hace 6 años

Interpreta “Egipto es un don del Nilo” la célebre frase del historiador griego Herodoto

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Respuesta dada por: hobijimin
4

Respuesta:

Fuente de vida y de prosperidad, el río

Nilo fue fundamental en el nacimiento

de la civilización egipcia y marcó, al

ritmo de sus estaciones, la vida de quienes

habitaban en sus orillas. Pese a estar

situado en una de las zonas desérticas y

áridas más extensas del planeta, Egipto

acogió una de las civilizaciones más

brillantes y ricas de la Antigüedad. Ello

fue posible gracias al río Nilo, que

desempeñó un papel crucial en la

formación y desarrollo de la cultura faraónica. Fuente inagotable de recursos, el Nilo aportó con

generosidad el agua y los alimentos necesarios para la subsistencia de los egipcios, y su curso

constituyó la principal vía de transporte de personas y mercancías por todo el país. Con más de 6.600

kilómetros de longitud, el Nilo es el mayor río del continente africano, los antiguos egipcios se

asentaron únicamente en los últimos 1.300 kilómetros de su cauce, en los que era posible la

navegación fluvial. Egipto era sólo la tierra fértil del valle (Alto Egipto) y del delta (Bajo Egipto).

El sol desaparecía cada atardecer por occidente simbolizando la muerte, y nacía cada mañana por

oriente simbolizando la vida y la resurrección. Por ello, las ciudades y las aldeas de los antiguos

egipcios se ubicaban siempre en la ribera este del Nilo; y las necrópolis y los templos funerarios, en la

orilla oeste

Hapi era la divinidad que personificaba el río, representaba el poder benéfico y fecundante del río

que hacía verdear las orillas del valle y el Delta. El pueblo egipcio lo veneraba, y el faraón le hacía

ofrendas para que la crecida del Nilo tuviera lugar durante el período correcto y su caudal fuese el

adecuado.

En efecto, si las aguas no subían lo suficiente, se reducía la superficie de tierra donde se podía sembrar

y las cosechas decrecían, con la consecuente hambruna entre la población. Una crecida excesiva

también conllevaba consecuencias desastrosas; se perdían cosechas enteras por anegamiento, se

destruían diques y canales, y aldeas y pueblos enteros eran arrasados. La mayor parte de la sociedad

en el Egipto faraónico estaba compuesta por campesinos que vivían del trabajo del campo y cuyas

vidas se encontraban condicionadas por los ritmos de la inundación.

Las crecidas anuales del Nilo marcaron el ritmo de vida de sus habitantes durante milenios, hasta

que la construcción de la gran presa de Asuán, en 1970, extinguió para siempre el ciclo anual de

inundaciones.

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