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Respuesta:
El respeto en general y a las nomas es esencial en el desarrollo de nuestros hijos, tanto en sus capacidades personales (asumir responsabilidades y tomar decisiones que les permitan afrontar los retos de la vida), como sociales (relacionarse con los demás de forma adecuada y convivir en armonía).
Este proceso debe iniciarse desde la infancia. Pero a pesar de haber educado a nuestros hijos en las normas y límites, podemos encontrarnos con adolescentes rebeldes, con dificultades para asumir responsabilidades y cumplir normas. Y con actitudes desafiantes y retadoras ante la autoridad de los padres.
1. MANTENER LA CALMA .
Gritar, perder los nervios o entrar en descalificaciones o insultos, no soluciona nada. Y puede, en cambio, agravar el problema.
2. ESCUCHAR A ÉL/ELLA.
Sus sentimientos, opiniones y el porqué de su discrepancia con las normas. A veces, simplemente el no sentirse escuchado o tenido en cuenta, motiva esta rebeldía.
3. AVERIGUAR QUE FACTORES INFLUYEN EN ESA ACTITUD
A veces puede Ser parte del propio proceso adolescente, que les lleva a la necesidad de tener el control, de reafirmarse y de encontrar su identidad oponiéndose a los demás. Pero puede deberse a otros factores como:
- Influencia del entorno.
- Problemas emocionales, de convivencia o adicciones.
- Errores en el manejo de las normas por parte de los padres.
4. REVISAR NUESTRAS PAUTAS DE ACTUACIÓN
Que no favorecen que las normas se interioricen y se cumplan:
No son coherentes.
No están consensuadas entre los padres.
No hay espacio para la negociación.
Son excesivas.
No están adaptadas a la edad, la capacidad de compromiso y cumplimiento de las mismas.
No se valoran los logros, esto puede hacer que no merezca la pena el esfuerzo.
No están claras: ni las normas, ni las consecuencias de su incumplimiento.
Son arbitrarias.
Cambian demasiado.
No se predica con el ejemplo.
Hay incompatibilidad entre marcar normas y ser afectivo.
Explicacion:
espero que te ayude.