• Asignatura: Inglés
  • Autor: MichelleRB6439
  • hace 7 años

en tu cuaderno escribe dos
historias una que narre un suceso de tu pasado reciente puede ser cuando eras chico o una historia de mamá o papá

Respuestas

Respuesta dada por: rodriguezlaura96
6

Respuesta:

Mi infancia transcurrió en un ambiente de tranquilidad y seguridad familiar. Mi padre trabajaba todo el día y parte de la noche, y mi madre se encargaba de los hijos y del hogar; ella era quien mandaba en la casa porque lo decidía todo. Desde muy temprano, a los cuatro años de edad, pude dedicarme a leer, estudiar y jugar; me encantaban las aventuras de Salgari, Verne y Andersen.

Recuerdo que una vez compre un grueso libro de geografía y prácticamente me lo aprendí de memoria. Lo mismo hice con el Catecismo, porque me gustaba memorizar las cosas, y todo lo que leía y me agradaba, lo cual me fue muy útil posteriormente, sobre todo, en la universidad.

Recuerdo dos acontecimientos que alteraron ese ambiente bucólico y sereno de mi hogar. El primero fue la Segunda Guerra Mundial, porque un día se presentaron unos policías a la puerta y dijeron que tenían una orden de arresto porque él era alemán, mi papá; ese día mamá lloró, gritó, peleó y llamó a su abogado, pero todo fue inútil.

El segundo problema fue que durante la Revolución del 48 tuvimos que dejar nuestra casa en el centro de Limón y trasladarnos a la de los Karpinsky, en la “zona americana”, porque papá pensó que era más seguro y estos amigos nos acogieron con mucho cariño durante algunos días.

Un día oímos un ruido especial y por una ventana observamos la entrada a la ciudad del Ejército de Liberación Nacional; dos días antes, una avioneta había dejado caer unas bombas cerca del cuartel de la ciudad y después de vencer una escasa resistencia cayó el puerto de Limón.

Las vacaciones las pasamos en parte en una finca que teníamos en Guápiles, adonde íbamos en tren, y en otras fincas que papá tenía en Barra del Colorado, adonde nos trasladábamos en lancha. Tardábamos toda una noche. Allá había una casa de dos plantas, muy sabrosa, con una vista muy bonita y rodeada de mangos, jocotes y marañones. Pasábamos todo el día jugando, pescando en lancha o montando a caballo.

Papá llegó a tener unas 20.000 hectáreas de tierra; unas estaban dedicadas a banano, otras a ipecacuana y otras eran maderables; también tuvo cacao.

En Limón, comenzó mi pasión por las estampillas desde que vi una enorme colección, principalmente de Alemania, propiedad de uno de los padres alemanes que vivía en la casa que ellos tenían en los terrenos de la Iglesia católica.

Mis primeras estampillas fueron un regalo de estos, por cierto, bastante grande porque fue de unas 2.000 estampillas.

Luego, coincidiendo con los años de mi adolescencia, se presentaron varios cambios de vida importantes. A los 11 años de edad, me inscribieron en el Colegio Seminario, en San José, y al siguiente, toda la familia se trasladó.

Cuando ya estaba ambientado con mis nuevos amigos y amigas, y siendo ya novio de Cristina Odio, con 16 años de edad, me fui para México a iniciar los estudios de Medicina. Cuando tuve 20 años de edad, ya terminando la carrera, me casé con ella porque yo quería fundar un hogar y dedicarme por completo a mi profesión. Esta fue, quizás, la decisión más acertada que tomé en aquel momento, porque a partir de ahí mi vida tomó un curso bien definido, y mi dedicación a la causa de la medicina y la salud.

Creo que hacer la carrera de Medicina en cinco años y durante otros cinco años haber hecho infectología e inmunología, desde un punto de vista epidemiológico, experimental y clínico, fue una experiencia inolvidable.

Pienso que la tranquilidad y seguridad que disfruté en mi infancia, contribuyó a la formación de mi carácter. Hoy, después de una nueva experiencia valoro todo el afecto que me rodea.

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