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Respuesta:
Nací en la pampa ardiente
bajo un hermoso cielo,
más bello y codiciado
que tierra de promisión,
donde la luna plena
retrata las palmeras
sobre un inmenso estero
en tardes de arrebol.
Arrullaron mi infancia
las aves con su trino,
y mis primeros pasos
los di junto a un raudal;
fueron mis compañeros
la soga y el caballo,
y mi único horizonte
aprender a enlazar.
Conocí los misterios
de la verde sabana
y en las noches de invierno
aprendí una oración,
aquella que recito
en mis horas inciertas,
que dice; «ser llanero
es sobrarle valor».
Es ley de nuestra tierra
tener una frente amplia,
donde no existan sombras
de rencor ni maldad.
Es orgullo de un hombre
que nació en la llanura,
cuando llegan las penas,
entonar su cantar.
Tengo raza de titanes,
que forjaron victorias
sembrando con sus lanzas
la muerte y el pavor,
Soy de aquellos Centauros
que cruzaron los Andes,
para salvar la patria
de su fiero invasor.
Las garzas en las tardes,
con múltiples Colores,
a mí dorado sueño
le dan inspiración.
Por eso, tierra ardiente,
bajo tu sacro suelo
que descansen mis restos
Cuando vuele hacia Dios.
Yo no puedo cambiarte
ni por Andalucía,
no por mil olivares
de sabor Español.
Me he sentido orgulloso
de esta tierra bravía,
donde la patria tiene
clavado el corazón.
Tú en épocas nefandas
de luchas sanguinarias,
en momentos cruciales
que a la patria enlutó,
alumbraste a Colombia
con tu luz libertaria,
ofrendaste tus hijos
más el cielo brilló.
Cómo puedo cambiarte
si tu eres el emblema
en que tiene Colombia
su santa libertad?,
pues eres madre noble
de llaneros a miles,
que rindieron su sangre
en busca de igualdad.
de tiempos cuando era viajero,
cuando andaba por mi llanura
trotando potro serrero.
Por que tú, Kaiser Solano,
tu lo puedes hacer,
deléitate con mis versos
compréndelos bien my friend.
Reflexiona sobre mis hazañas,
no por travieso,
cuando nadaba a la par de un caimán
por las costas de Río Negro.
Para domar un caballo
bastaba unos buenos frenos,
pero para enfrentar un caimán
había que ser muy ser muy sereno,
pero para ese entonces
no había conocido el miedo.