cuatro aspectos de su vida que más te hayan llamado la atención de la biografía de santa Juana de Arco.
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Respuesta:
Juana era hija de Jacques d'Arcd e Isabelle Romée,e residentes en Domrémy, una villa que entonces estaba en la parte francesa del ducado de Bar. Sus progenitores eran propietarios de veinte hectáreas de tierra y además su padre complementaba su trabajo como granjero con un puesto menor como funcionario de la aldea, recaudando impuestos y dirigiendo la guardia local. Vivían en una zona aislada del este de Francia que permaneció fiel a la corona francesa a pesar de estar rodeada de tierras pro borgoñonas. Hubo diversas incursiones militares borgoñonas durante la infancia de Juana y en una ocasión la villa fue incendiada. Juana era analfabeta y se piensa que sus cartas fueron dictadas por ella a escribanos y las firmó con la ayuda de otros.
Explicación:
En su juicio, Juana declaró que tenía unos 19 años, lo que implica que pensaba que había nacido alrededor de 1412. Más tarde testificó que experimentó su primera visión en 1425 a la edad de 13 años, cuando estaba en el «jardín de su padre» y tuvo visiones de figuras que identificó como el Arcángel Miguel, Santa Margarita y Catalina de Alejandría, quienes le dijeron que expulsara a los ingleses y llevara al delfín a Reims para su coronación como rey. Afirmó que la primera vez que escuchó una voz notó una gran sensación de miedo y que esta venía del lado de la iglesia, normalmente acompañada de una gran claridad. Según sus palabras, lloró cuando se fueron porque eran muy hermosos.
A los 16 años, le pidió a un pariente llamado Durand Lassois que la llevara a la ciudad cercana de Vaucouleurs, donde solicitó al comandante de la guarnición, Robert de Baudricourt, una escolta armada para llevarla a la Corte Real francesa en Chinon. La respuesta sarcástica de Baudricourt no la disuadió. Regresó el siguiente enero y se ganó el apoyo de dos de los soldados de Baudricourt: Jean de Metz y Bertrand de Poulengy. Según Jean de Metz, ella le dijo «debo estar al lado del Rey... no habrá ayuda para el Reino salvo la mía. Preferiría haber seguido hilando [lana] al lado de mi madre... sin embargo, debo ir a hacer esto, porque mi Señor quiere que lo haga». Bajo los auspicios de Jean de Metz y Bertrand de Poulengy, la recibieron por segunda vez y en ese momento predijo la derrota francesa en la batalla de Rouvray cerca de Orleans varios días antes de que llegaran los mensajeros informando de la debacle francesa. Según el Journal du Siége d'Orléans, que retrata a Juana como una figura milagrosa, ella se enteró de la batalla a través de la «gracia divina» mientras atendía a sus rebaños en Lorena y usó esta revelación para convencer a Baudricourt de llevarla ante el delfín.