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Respuesta:
Explicación:Según la economía clásica el crecimiento de largo plazo logra mejorar las condiciones de vida de las
personas debido al aumento en la demanda de trabajo, que tiene efectos positivos en el empleo y los
salarios, aunado con la disminución de los precios de bienes y servicios a causa del aumento en la
oferta de productos. Sin embargo, estas teorías no tienen un asidero empírico en todos los casos, por lo
cual las economías pueden tener amplios periodos de crecimiento, sin efectos significativos en la
pobreza estructural. Algunos gobiernos, al ver la poca capacidad que tiene el crecimiento en disminuir
una base importante de la pobreza, se basan en las teorías Keynesianas aumentando sus déficit
públicos, y dejan relegadas las inversiones en infraestructura y competitividad del sector productivo,
para enfocarse en políticas de bienestar cuyo único efecto es aumentar la pobreza coyuntural (que
depende del ciclo económico), y minar la capacidad de agencia de las personas que, considerándose
pobres, obtienen los beneficios del estado benefactor.
Así las cosas, los economistas se enfrascan en batallas teóricas entre visiones de oferta y demanda,
conociendo de antemano que ninguna de ellas puede solucionar de manera estructural los problemas de
pobreza de la población en el corto plazo. Este documento aporta lagunas hipótesis teóricas alternativas
a los problemas de pobreza de un territorio, que pueden ayudar a la identificación de políticas públicas
más eficaces. Se parte de la identificación y diferenciación de los conceptos de desarrollo social,
pobreza, inequidad, crecimiento económico y empleo. Posteriormente, con esta base conceptual se
construyen otras hipótesis y supuestos teóricos que ayudan a reconocer las falencias de las teorías
anteriores y proponer unas nuevas alternativas de política pública más eficaces en materia de pobreza.
En general estas hipótesis se basan en la identificación de dos mercados económicos diferentes dentro
de una misma economía, la división de tres fases de ingreso y consumo en las familias y una apropiada
identificación de conceptos sociales y económicos. Debido a que estas concepciones tienen una
aplicabilidad diferente en materia de políticas públicas, también se construye un indicador denominado
Consumo Básico insatisfecho (CBI), que permite medir la eficacia de las políticas bajo esta nueva
perspectiva.
El presente documento se divide en seis partes. En la primera de ellas se hace un recorrido de las
últimas visiones que se presentan en el tratamiento práctico de la pobreza desde la economía; en la
segunda parte, se identifican las diferencias entre desarrollo social, pobreza e inequidad, enfocándose
en algunos errores comunes cometidos por las instancias nacionales e internacionales encargadas del
manejo de la pobreza. En la tercera parte, se estudia la relación entre crecimiento económico, empleo y
disminución de la pobreza, haciendo algunas explicaciones de porqué en la mayoría de los casos su
relación teórica directa, no se cumple a cabalidad. En la cuarta parte se introducen algunas hipótesis
teóricas para el estudio de la pobreza y su relación con la economía, introduciendo algunas
implicaciones prácticas. En la quinta parte se esboza el indicador de Consumo Básico Insatisfecho
(CBI), como una medida de eficacia de las políticas públicas que trabajen bajo estos nuevos preceptos
teóricos, y que es aplicable a nivel internacional. Por ultimo se esbozan algunas conclusiones generales
del documento, y se subrayan las implicaciones prácticas de estas teorías a nivel de las políticas
apropiadas para la disminución de la pobreza en el corto plazo.